09 A - Illuminatus Parte III: Leviatán - Libro Cuatro: BEAMTENHERRSCHAFT - Noveno Viaje, o Yesod




¡Illuminatus! Parte III



Leviatán



1975



Título Original: Leviathan

Autores: Robert Shea y Robert Anton Wilson

Traducción: Guillermo A. Mazzucchelli

Arte de cubierta: Carlos Victor Ochagavia



Debe alcanzarse la mutación de la vida terrestre a la interestelar, porque el planeta matriz va a desaparecer dentro de unos pocos cientos de millones de años… el Planeta Tierra es un escalón en nuestro viaje temporal a través de la galaxia. La vida debe sembrar sus semillas fuera del planeta para sobrevivir…

Además, entre nosotros, hay algunos que están aburridos con el nivel amniótico del pensamiento en este mundo, y miran hacia arriba con la esperanza de encontrar alguien entretenido con quien hablar. -

Dr. Timothy Leary, y Wayne Brenner, Terra II




Noveno Viaje, o Yesod



(WALPURGISNACHT ROCK)







El HUNDIDO es jugado por los Discordianos y por gente de mucha clase. PROPÓSITO: hundir un objeto, u objetos o cosas… en agua, barro, o en cualquier elemento en el que algo pueda hundirse. REGLAS: el hundimiento está permitido de cualquier manera. Por ejemplo, una lata de tabaco puede ser hundida en cinco litros de barro. Es preferible tener un pozo con agua, o un agujero en el cual puedan arrojarse las cosas. Pero pueden utilizarse ríos, bahías, golfos, e incluso me atrevo a decir, océanos. Los TURNOS serán de la siguiente manera: quienquiera que encuentre un objeto irá primero. DEBERES: es deber del jugador del HUNDIDO ayudar a encontrar más objetos para hundir, una vez que ya hundió el suyo. SOBRE EL HUNDIMIENTO: el hundidor deberá gritar “¡Lo hundí!”, o algo igualmente reflexivo. PONERLE NOMBRE A LOS OBJETOS es algo recomendable. El objeto es bautizado por quien lo encuentra, y quien lo hunda deberá decir (por ejemplo) “¡Hundí a Columbus, Ohio!” - Ala Hera, E. L., N. S., Rayville Apple Panthers, citado en Principia Discordia por Malaclypse el Más Joven, G. C. S.









Durante toda una semana, los músicos abordaron aviones hacia Ingolstadt. El 23 de Abril, mientras Simon y Mary Lou escuchaban a Clark Kent y sus Superhombres y George Dorn escribía sobre el sonido de un ojo que se abre, los Filete de Alma, encontrando escasos contratos en Londres, entran a Ingolstadt en un Volvo pintado de diecisiete colores fosforescentes que ostentaba el viejo slogan de Ken Kesey: “Furthur!”. El 24 de Abril comenzó el hilillo, mientras Harry Coin miraba en los ojos de Hagbard, sin encontrar piedad allí (en ese momento, Buckminster Fuller estaba explicando el “halo omnidireccional” a su compañero de vuelo en el avión de TWA, sobre el Pacífico), y los Visiones Iracundas, los Cucarachas, y los Senado y Pueblo de Roma conducían sus vehículos bizarros por Rathausplatz, al mismo tiempo que los Hipopótamo Ultravioleta y la Cosa en la Puerta circulaban por la Friedrich-Ebert-Strasse en autobuses aún más excéntricos. El 25 de Abril, mientras Carmel saqueaba la caja fuerte de Maldonado y George Dorn repetía “Yo Soy el Robot”, el hilillo se convirtió en un arroyo, y llegaron los Ciencia y Salud, los Claves de las Escrituras, los Esnifadores de Pegamento, King Kong y sus Dinosaurios de la Isla Calavera, los Hamburguesas Howard Johnson, los Disturbio en la Celda Diez, Casa de Frankenstein, Mono Simbólico, Cosa Maldita, Alce Naranja, Banana Índigo, y los Elefante Rosa. El 26 de Abril el arroyo se transformó en una corriente, y mientras Saúl y Barney Muldoon intentaban razonar con Markoff Chaney, que trataba de zafarse de ellos, los habitantes de Ingolstadt se vieron inundados por Frodo Bolsón y su Anillo, los Ratones Rugientes, los Tripulación del Plato Volador, los Magníficos Ambersons, Casa Adonde Vivo, Sonido de Una Mano, Imperativo Territorial, los Druidas de Stonehenge, los Cabezas de la Isla de Pascua, los Continente Perdido de Mu, Bugs Bunny y sus Catorce Zanahorias, los Evangelio Según Marx, los Miembros con Tarjeta, Arenas de Marte, Erección, los Asociación, Amalgama, Masacre del Día de San Valentín, los Clímax, Los Saltadores, los Vello Público, los Freeks y los Ventanas. Mick Jagger y su nuevo grupo, los Trashers, llegaron el 27 de Abril, mientras el FBI interrogaba a todas la prostitutas de Las Vegas, y fue seguido rápidamente por los Techos, Moisés y el Monoteísmo, Steppenwolf, los Civilización y sus Descontentos, el Pobre Richard y sus Secretos Rosacruces, Reloj Pulsera, Nova Express, Padre de las Aguas, los Seres Humanos, Monumento Washington, los Thalidomide Babies, los Extraños en Tierras Extrañas, Dr. John & The Night Tripper, Joan Baez, Mano del Muerto, el Guasón y los Tuertos, Mujer Peyote, Blues Celestial, los Golems, Despertar Supremo, los Siete Tipos de Ambigüedades, Guerra Fría, los Luchadores Callejeros, los Quema-Bancos, los Esclavos de Satán, los Efecto Dominó, y Maxwell y sus Demonios. El 28 de Abril, mientras Dillinger cargaba su arma y los kachinas de Orabi comenzaban a batir los tambores, llegaron los Acapulco Gold seguidos por Épica de Gilgamesh, Segunda Ley de la Termodinámica, Drácula y sus Novias, Cortina de Hierro, Minoría Ruidosa, Deuda Externa, Tres Contribuciones a la Teoría del Sexo, Nubes de lo Desconocido, Nacimiento de una Nación, los Zombies, Atila y sus Hunos, Nihilismo, los Catatónicos, los Púas de Thorndale, Bomba de Haymarket, Cabeza de Gato Muerto, la Sombra Fuera del Tiempo, los Sirenas de Titán, Piano Tocador, las Calles de Laredo, Odisea Espacial, los Selenitas Azules, los Cangrejos, Dosis, los Grassy Knolls, Imagen Latente, Rueda del Karma, Comunión de Santos, Ciudad de Dios, Temblor General Indefinido, Mono Zurdo, Espina en la Carne, Gordura Creciente, SHA-ZAM, Trineo Miniatura, Apéndice 23, los Otra Mejilla, los Bueyes Occidentales, los Presidentes, Cohen Cohen Cohen y Kahn, y los Fenómenos del Porro.



El 29 de Abril, mientras Danny Pricefixer escuchaba arrebatado a Mamá Sutra, el diluvio llegó a Ingolstadt: buses, camiones, vagones, trenes especiales, y todo tipo de transporte, exceptuando trineos tirados por perros, llevaron a los Maravillas del Mundo Invisible, Maldición de Maule, Viaje Mental de Jesús, Ahab y su Amputación, los Cabezas sin Jinetes, Hojas de Hierba, Dirección Gettysburg, Rosa Palma, el Mar de Vino, Nirvana, Red de Joyas, Ahí Vienen Todos, los Cantos Pisanos, Nieve de Ayer, Dimensión Rosa, Ganso en la Botella, los Increíbles Hulks, los Tercer Bardo, Terapia de Aversión, Fuerza Irresistible, los MC al Cuadrado, Acta Anexa, Emoción Perpetua, Contrato por 99 Años, Objeto Inamovible, Nave Espacial Tierra, Método Radiocarbón, Grito Rebelde, Puño Cerrado, los Máquina Apocalipsis, Escenario Rand, Compromiso Estadounidense, Entwives, los Músicos de Null-A, los Preludio al Espacio, Truenos y Rosas, Armagedón, La Máquina del Tiempo, Palabra de Masón, las Monerías, los Trabajos, los Ocho de Espada, Guerra Gorila, los Box Lunch, Reino Primate, Nuevo Eón, Enola Gay, el Octeto Spiedo, el Proceso Estocástico, los Fluxiones, Casa Ardiente, Capitán Fantasma, los Decadencia del Occidente, los Duelistas, Llamada de la Naturaleza, Conciencia III, la Iglesia Reorganizada de Los Santos de los Últimos Días, Standard Oil de Ohio, los Hombres Zigzag, los Cascotes, los Niños de Ra, TNT, Radiación Aceptable, los Nivel de Polución, la Gran Bestia, las Rameras de Babilonia, los Baldíos, los Fea Verdad, Diagnóstico Final, Solución Insatisfactoria, Muerte Caliente del Universo, los Puro Ruido, Ojo Abierto, los Nueve Desconocidos, los Caballo de Otro Color, Zona de Caída de Rocas, Ascensión de la Serpiente, Reddy Willing y los Inútiles, Monstruo Cívico, Hércules y la Tortuga, la Columna del Medio, Exclamación Borrada, Cita Profunda, LuCiFeR, la Estrella Perro, Nada Sirio, y Preparación H.



(Pero el 23 de Abril, mientras Joe Malik y Tobias Knight estaban colocando la bomba en la oficina de Confrontación, el Dealy Lama transmitió un mensaje telepático a Hagbard Celine diciendo todavía no es demasiado tarde para revertir las cosas, y Joe dudó unos segundos, espetando finalmente “¿Podemos estar seguros? ¿Podemos estar realmente seguros?”. Tobias Knight levantó una mirada preocupada. “No podemos estar seguros de nada” dijo simplemente. “Celine ha aparecido cinco veces en banquetes y otros acontecimientos sociales en los que Drake estaba presente, y cada conversación giró eventualmente alrededor de la metáfora de la marioneta y de la línea favorita de Celine sobre el saboteador inconsciente dentro de cada uno de nosotros ¿Qué otra cosa podemos suponer?”. Programó el cronómetro para las 2:30 AM y su mirada se encontró nuevamente con la de Joe. “Me hubiera gustado poder darle más pistas a George” se lamentó Joe. “Ya le diste demasiadas malditas pistas” respondió Knight, cerrando la tapa de la bomba).



El 1 de Abril, al tiempo que los Relámpagos de Dios desfilaban por la plaza de la ONU y el Capitán Tequila y Mota era llevado ante un pelotón de fusilamiento, John Dillinger salió de su posición de loto y cesó de transmitir las matemáticas de la magia. Se estiró, se sacudió como un perro, y comenzó a descender por el túnel subterráneo debajo del edificio de las Naciones Unidas hacia la sala del Control Caimán. El yoga de la OTO siempre era estresante, y estaba contento de abandonarlo para retornar a asuntos más mundanos.



Una guardia lo detuvo frente a la puerta del CC, y John le dio su tarjeta plástica con el-ojo-en-la-pirámide. La guardia, una mujer de aspecto seguro cuya foto John había visto en los periódicos como la líder de las Lesbianas Radicales, metió la tarjeta en una ranura de la pared; fue expulsada casi inmediatamente, y una luz verde parpadeó.



“Adelante” dijo la mujer, “Heute die Welt”.



Morgens das Sonnensystem” respondió John. Entró al mundo subterráneo de plástico beige del Control Caimán, y caminó por los corredores geodésicos hasta llegar a la puerta que decía MONITOR de la MONOTONÍA. Luego de insertar su tarjeta en la ranura apropiada, se encendió otra luz verde y la puerta se abrió.



Taffy Rheingold, de minifalda, todavía coqueta y atractiva a pesar de sus años y de su cabello gris, levantó la mirada de su máquina de escribir. Estaba sentada detrás de un escritorio de plástico beige que hacía juego con el resto de la decoración plástica del Control Caimán. Una amplia sonrisa se dibujó en su rostro al reconocerlo.



“John” dijo alegremente, “¿Qué te trae por aquí?”.



“Tengo que ver a tu jefe,” respondió, “pero antes de que lo llames, ¿Sabías que apareciste en otro libro?”.



“¿La nueva novela de Edison Yerby?”. Se encogió de hombros filosóficamente. “No es tan malo como lo que me hizo Atlanta Hope en Telémaco Estornudó”.



“Si, eso creo, pero, ¿Cómo es que este sujeto sabe tanto? Algunas de las escenas son absolutamente ciertas ¿Es parte de la Orden?” indagó John.



“Una fuga mental” dijo Taffy. “Ya sabes como es con estos escritores. Uno de los Illuminati Magi escaneó a Yerby, y descubrió que él piensa que todo es invención suya. El mismo tipo de fuga que tuvimos cuando Condon escribió El Candidato Manchuriano”. Volvió a encogerse de hombros. “Cosas que pasan”.



“Supongo que si,” dijo John ausentemente. “Bien, dile a tu jefe que estoy aquí”.



Un minuto más tarde estaba en la oficina interna, y era recibido efusivamente por el anciano en silla de ruedas. “John, John, qué bueno verte otra vez” dijo la voz cadenciosa que había hipnotizado a millones; de otra forma era dificilísimo identificar a esta figura de edad avanzada como el hombre apuesto y dinámico que una vez fuera Franklin Delano Roosevelt.



“¿Cómo fue que te estancaste en un trabajo como éste?” preguntó Dillinger finalmente, luego del intercambio de amenidades.



“Ya sabes como es la nueva gavilla de Agharti” murmuró Roosevelt. “Su grito de batalla parece ser ‘Sangre nueva, sangre nueva’. Y nosotros, los sirvientes viejos y leales, fuimos empujados a posiciones burocráticas menores”.



“Recuerdo tu funeral” dijo John con nostalgia. “Sentí envidia, pensando en que irías a Agharti para trabajar directamente con los Cinco. Y ahora esto… Monitor de la Monotonía en el Control Caimán. A veces la Orden me hace enojar”.



“Ten cuidado” dijo Roosevelt. “Deben estar sondeándonos. Y un agente doble como tú, John, siempre está bajo vigilancia especial. Además esto no es tan malo, considerando cómo reaccionaron en Agharti cuando las revelaciones sobre Pearl Harbor empezaron a aflorar a fines de los 40s. No manejé ese asunto con mucha elegancia, como sabes, y ellos tenían derecho a bajarme de categoría. Y el Control Caimán es interesante”.



“Tal vez,” dijo John, no muy convencido, “pero nunca comprendí este proyecto”.



“Es un trabajo importante” dijo Roosevelt seriamente. “New York y Chicago son nuestros experimentos principales para probar el nivel de tolerancia de los memanos. En Chicago nos concentramos exclusivamente en la fealdad y en la brutalidad, mientras que en New York llevamos a cabo un estudio de largo alcance sobre el aburrimiento. Allí es donde actúa el Control Caimán. Debemos mantener al mínimo la cantidad de caimanes en las alcantarillas, así el Departamento Sanitario no reactiva su propio Proyecto de Control de Caimanes, lo cual sería una oportunidad para la aventura y para reavivar cierta mística de cazador que poseen los memanos jóvenes. Quitamos los trolebuses por la misma razón: abordarlos era más divertido que subir a un autobús. Créeme, Monitorear la Monotonía es una parte muy importante del proyecto de New York”.



“He visto las estadísticas de la salud mental” dijo John, asintiendo. “Casi un setenta por ciento de la población de la parte más congestionada de Manhattan ya es pre-sicótica”.



“¡Para 1980 ascenderá hasta un ochenta por ciento!” exclamó Roosevelt, con algo de su vieja determinación en la mirada fría. Pero luego embutió un porro en una boquilla de marfil, sosteniéndola con su famosa postura elegante, y añadió “Y ahora somos inmunes gracias al Elixir de Sabbah. Pero, dime ¿Qué te ha traído aquí, John?”



“Un ‘trabajito’” dijo Dillinger. “Hay un hombre llamado Malik en mi organización que se ha acercado demasiado al secreto de todo el juego. Necesito alguna ayuda aquí en New York para enviarlo tras alguna pista falsa y tenerlo ocupado hasta después del primero de Mayo. Me gustaría saber si tienes alguien cercano a él en tu equipo”.



“Malik” dijo Roosevelt pensativo. “¿El Malik de la revista Confrontación?”. John asintió, y Roosevelt se reclinó hacia atrás en su silla de ruedas, sonriendo. “Es pan comido. Tenemos un agente en su oficina”.



(Lo que ninguno de ellos sabía es que diez días más tarde, un delfín descubriría entre las ruinas de la Atlántida que la caída de la Estrella Dragón era mentira. Ni tampoco podían adivinar que Hagbard Celine reevaluaría la historia de los Illuminati cuando le fue reportada dicha revelación, y no tenían ni idea de la decisión que tomaría, la cual haría cambiar inesperada y sorprendentemente todas las conspiraciones).



“Aquí están las cinco historias alternativas” dijo Gruad, con sus viejos ojos astutos brillando de picardía. “Cada uno de ustedes será responsable de plantar evidencias que las hagan relativamente creíbles. Wo Topod, te tocó la historia de Carcosa. Evoe, tú tienes el continente perdido de Mu”. Les alcanzó dos sobres gruesos. “Gao Twone, te ha tocado la historia de la serpiente seductora - quiero variantes de ella desparramadas a lo largo de todo África y Oriente Medio”. Entregó otro sobre. “Unica, te tocó la historia de Urantia, pero esa no será develada hasta que el juego esté bien avanzado”. Tomó el quinto sobre y sonrió otra vez. “Kajeci, mi amor, tú recibiste la historia de Atlántida, con ciertos cambios que nos harán parecer los bastardos más grandes de la historia. Déjenme explicar el propósito de eso…”.



En 1974, los Asociación Médica Americana observaban lúgubremente a Joe Malik desde el póster en la pared de su oficina. El día se hacía largo, y no había ningún indicio de que fuera a suceder algo tan excitante como lo de la noche anterior. Había un grueso manuscrito en un sobre de papel Manila en la caja de RECIBIDOS; notó que le habían quitado las estampillas. Eso sin duda era obra de Pat Walsh: su hermano menor las coleccionaba. Joe sonrió recordando el diario íntimo que llevaba cuando era adolescente. En caso de que sus padres lo encontraran, él siempre se había referido a la masturbación como ‘coleccionar estampillas’. “Hoy junté cinco estampillas - un nuevo record”. “Luego de cinco días sin estampillas hoy obtuve una, hermosa, muy vistosa. Tremenda, aunque las negociaciones fueron tensas”. Sin duda los chicos de hoy en día, si es que todavía llevaban diarios (probablemente usaran grabadoras a cassette), la mencionaran abiertamente o la consideraran algo muy incidental como para darle importancia. Joe sacudió la cabeza. El adolescente católico que había sido en 1946 era tan remoto como el liberal caído que había sido en 1968. Y así y todo, a pesar de todo lo que había experimentado, la mayor parte del tiempo sentía que todo aquel conocimiento no había creado una diferencia. La gente como Pat y Peter seguían tratándolo como si fuera el mismo hombre, y él seguía haciendo el mismo trabajo de la misma manera.



Tomó el pesado manuscrito y lo sacó del sobre. Maldición, no tenía remitente. Bien, al trabajar en una revista como Confrontación, cuyos colaboradores eran mayormente radicales y tipos que estaban ansiosos por escribir ad honorem, ya no esperabas que pusieran su dirección en los sobres. Sobre el manuscrito había una carta. Joe contuvo el aliento cuando vio la manzana dorada estampada en la esquina izquierda superior.



Salve Eris, Hola Joe:



Aquí te envío un estudio brillante y original sobre finanzas internacionales llamado “Vampirismo, la Teoría Heliocéntrica y el Estándar del Oro”. Lo escribió Jorge Lobengula, un joven pensador discordiano realmente fantástico. A los JAMs no se les da por la escritura, pero a los discordianos sí, afortunadamente. Si lo consideras interesante para imprimir, la tarifa es la usual. Haz un cheque endosado al Movimiento Secesionista de Fernando Poo y envíaselo a Jorge a la Calle Hassan 15, Argel 8.



Incidentalmente, Jorge no estará involucrado en el golpe de estado en Fernando Poo. Está descubriendo la economía sinérgica, lo cual lo guiará gradualmente a ver la locura de Fernando Poo desencadenarse por su cuenta. El golpe en sí, por supuesto, no será obra nuestra. Pero Jorge será una figura clave en la recuperación económica subsiguiente de Guinea Ecuatorial - asumiendo que el mundo sobrepase ese desastre en particular. Si no puedes utilizar el escrito, quémalo. Jorge tiene un montón de copias.



Cinco toneladas de lino,





Mal.



PD: La rebelión de Fernando Poo puede suceder dentro de dos o tres años, así que no saltes a la conclusión de que la olla ya está hirviendo. Recuerda lo que te dije sobre el ganso adentro de la botella.





M.



(En el baño de damas, trabando la puerta para tener más privacidad, Pat Walsh sacó un transmisor a transistores de su panty-media y se comunicó con el receptor ubicado en el Consejo para las Relaciones Exteriores, a media cuadra hacia el este de allí. “Todavía estoy escribiendo un montón de informes sobre los Illuminati que le proporcionarán un montón de pistas falsas. La gran noticia de hoy es un artículo sobre economía erisiana escrito por un hombre de Fernando Poo. Llegó con una carta firmada por ‘Mal’, y por el contexto, estoy casi segura de que se trata del original - Malaclypse el Viejo en persona. Si no lo es, al menos tenemos una pista del maldito y elusivo Malaclypse el Más Joven. El sobre fue sellado en Mad Dog, Texas…”).



Joe dejó la carta de Mal, tratando de recordar las oscuras referencias sobre Fernando Poo previas a la película de la noche anterior. Alguien había dicho que algo iba a suceder allí. Tal vez debería ponerse en contacto con algún corresponsal local de la isla, o incluso enviar a alguien al lugar. Una sonrisa maliciosa cruzó su rostro: sería interesante enviar a Peter. Primero un poco de AUM, y luego un viaje a Fernando Poo. Eso arreglaría a Peter.



Joe hojeó el manuscrito de Lobengula rápidamente, sondeándolo. No había fnords. Eso era un alivio. Se había vuelto dolorosamente consciente de ellos desde que Hagbard le había quitado el reflejo de aversión, y cada fnord le provocaba una punzada, que era el fantasma del estado de emergencia subliminal en el que había vivido hasta entonces. Volvió a la primera página y comenzó a leer desde el título:



VAMPIRISMO, LA TEORÍA HELIOCÉNTRICA Y EL ESTÁNDAR DEL ORO



Jorge Lobengula. Haz lo que quieras, ésa es toda la Ley.



Joe se detuvo. Esa frase había sido utilizada en la Misa Negra de Chicago, y más atrás, había sido el código de la Abadía de Theleme de Rabelais; pero contenía algo más, que daba vueltas en su cabeza, algo que sugería un significado oculto. No era solamente el primer axioma del anarquismo - había algo más allí, algo más hermético. Volvió a mirar la carta de Mal: “Recuerda lo que te dije sobre el ganso adentro de la botella”.



Ese era un acertijo simple utilizado por los Maestros Zen al entrenar a los aprendices, recordó Joe. Tomas a un ansarino recién salido del huevo y lo metes en la botella. Lo mantienes allí y lo alimentas, mes tras mes, hasta que es un ganso adulto bien desarrollado y ya no pasa por el cuello de la botella. La pregunta es: Sin romper la botella, ¿Cómo puedes sacar al ganso?



Ninguno de los acertijos iluminaba al otro.



Haz lo que quieras, ésa es toda la Ley.



¿Cómo sacas al ganso de la botella?



“Dios santo” rió Joe. “Haz lo que quieras, ésa es toda la Ley”.



El ganso sale de la botella de la misma forma que John Dillinger escapó de la cárcel “a prueba de fugas” de Crown Point.



“¡Jesús y su puta madre!” Joe apagó un grito. “¡Está vivo!”.



COMO UN ÁRBOL PLANTADO A LA ORILLA DEL AAAGUA, NO NOS MOVERÁN.



El único lugar donde se juntaban los cinco Illuminati Primi era en el Gran Salón de Gruad en Agharti, el centro Illuminati de treinta mil años de antigüedad en la cima de los picos tibetanos del los Himalayas, con un puerto en el nivel más bajo, su acceso al vasto mar subterráneo de Valusia.



“Haremos el reporte de la manera habitual” dijo el Hermano Gracchus Gruad, presionando un botón en la mesa frente a él, para que sus palabras quedasen automáticamente grabadas en los archivos Illuminati. “Antes que nada: Fernando Poo. Jorge Lobengula descubrió que los recursos combinados de Fernando Poo y Río Muni pueden ser reubicados para incrementar el ingreso per cápita de los habitantes de ambas provincias, por lo tanto rompió con los separatistas de Fernando Poo y volvió a Río Muni con la esperanza de persuadir a los líderes Fang para que continúen con sus esquemas de recuperación económica. Nuestros planes ahora están centrados en Ernesto Tequila y Mota, uno de los pocos caucásicos que han quedado en la isla. Él tiene buenos contactos entre los Bubi más adinerados, aquellos que apoyan el separatismo, y además es desmesuradamente ambicioso. Creo que no necesitaremos cambiar nuestros proyectos”.



“Eso espero” dijo el Hermano Marcus Marconi. “Sería una verdadera lástima que el Eskatón no se haga inmanente el primero de Mayo”.



“Podemos contar con el primero de Mayo” dijo el Hermano Graccus Gruad. “Al tener tres planes apuntando hacia eso, seguramente uno tendrá éxito. Cuéntanos lo tuyo, Hermano Marcus”.



“Charles Mocenigo ya ha alcanzado el Ántrax Leproso Mu. Un par de pesadillas más, en el momento justo, y lo habrá logrado”.



A continuación habló la Hermana Theda Teodora. “Atlanta Hope y los Relámpagos de Dios están volviéndose cada vez más poderosos. Cuando llegue el momento, el presidente le tendrá tanto miedo que estará dispuesto a ser más totalitario que ella, para prevenir que llegue al poder”.



“No confío en Drake” dijo el Hermano Marcus Marconi.



“Por supuesto” dijo Graccus Gruad. “Pera ha construido su casa a orillas del mar”.



“Y aquel que construye sobre la arena a orillas del mar…” dijo el Hermano Otto Ogatai. “Es mi turno. Nuestro disco Da, Simpatiza, Controla es un hit internacional. Nuestro próximo tour por Europa será extraordinariamente exitoso. Entonces podremos comenzar lenta y tranquilamente las negociaciones para el festival de Walpurgisnacht. Cualquiera que intente desarrollar la idea prematuramente será desviado”.



“O liquidado” dijo el Hermano Graccus Gruad. Miró al hombre sentado frente a él al otro extremo de la extensa mesa. “Te toca. Has estado callado todo el tiempo ¿Qué tienes para decir?”.



El hombre rió. “Algunas palabras del aguafiestas ¿Eh?”. Era el quinto y más formidable Illuminatus Primus, el Hermano Henry Hastur, el único que había tenido las agallas de ponerse el nombre de un lloigor.



“Está escrito,” dijo, “que el universo es una broma pesada de lo general a expensas de lo particular. No se apresuren a reír o a llorar, si es que creen en este dicho. Lo único que puedo decir es que existe una seria amenaza para todos sus planes. Les advierto. Todos ustedes podrían morir, ¿No tienen miedo a la muerte? No necesitan responderme - puedo ver su miedo -. Eso, en sí, podría ser un error. He intentado explicarles que no deben temer a la muerte, pero no me han escuchado. Todos sus otros problemas provienen de ahí”.



Los otros cuatro Illuminati Primi lo escuchaban en un silencio frío, desdeñoso, y no respondieron.



“Si todos son Uno,” añadió significativamente el quinto Illuminatus, “toda violencia es masoquismo”.



“Si todos son Uno,” respondió groseramente el Hermano Otto, “todo sexo es masturbación. Cortemos con la metafísica memana”.



HARE KRISNA HARE HARE



“¡George!”



Así que George estaba aquí, con Celine, en Ingolstadt. Esto va a ser difícil. La cabeza de George estaba inclinada sobre un enorme porrón, sin dudas repleto de cerveza local.



“¡George!” repitió Joe. Él levantó la mirada y Joe se sorprendió. Nunca antes lo había visto así. George sacudió el cabello para quitárselo de la cara, y lo miró a los ojos.



Eran ojos extraños, ojos sin miedo, piedad o culpa, ojos que sabían que el estado natural del hombre era de sorpresa perpetua, y que por lo tanto no podían sorprenderse por nada, ni siquiera por la inesperada aparición de Joe Malik ¿Qué le había hecho Celine durante los pasados siete días? se preguntó Joe ¿Habría destruido su mente, o lo habría iluminado?



En realidad aquel era el décimo porrón de cerveza que George había bebido, y estaba muy, muy borracho.



HARRY ROBOT HARRY HARRY



(Las libertades civiles fueron suspendidas y el estado de emergencia nacional fue declarado por medio de una transmisión presidencial especial en todos los canales, entre el mediodía y las 12:30 del 30 de Abril. Quince minutos después comenzó el primer disturbio en New York, en la Terminal de Transportes de la 41st. Street, donde una muchedumbre intentó sobrepasar a la policía para apoderarse de los autobuses y escapar a Canadá. En Ingolstadt eran las 18:45, y el Conde Drácula y sus Novias estaban brindando una versión raga-rock de una vieja canción de los dibujos animados de Walt Disney… en Los Ángeles, donde eran las 9:45 de la mañana, un grupo Morituri convocado apresuradamente decidió utilizar todas sus bombas contra las estaciones de policía. “Jodamos a esos hijos de puta antes de que la mierda nos llegue al cuello” dijo su líder, una chica de dieciséis años con frenos dentales. Su expresión, en idioma estándar, quería decir: “Paralicemos al estado fascista antes de que esté demasiado arraigado”… y Saúl, confiando en su busca-polos mental, estaba guiando a Barney y a Markoff Chaney dentro de la boca de la Caverna Lehman… Carmel, a casi un kilómetro al sur de ellos y varios cientos de pies más cerca del centro de la Tierra, todavía abrazaba la valija con sus cinco millones de dioses verdes, pero no se movía… a su lado había docenas de esqueletos de murciélagos que se había comido…)



NO ES BUENO SER MURCIÉLAGO

A MUCHA GENTE DESAGRADA

PERO AL MENOS ESO ES ALGO

Y TÚ NO ERES NADA



Joe Malik, golpeado por el raga-rock como si se tratase de una avalancha en la que cada nota era un canto rodado, sintió que su cuerpo se disolvía. El Conde Drácula aulló nuevamente Y TÚ NO ERES NADA, y Joe sintió que su mente y su cuerpo se derrumbaban sin poder encontrar un centro, un punto de quietud en medio de las ondas de sonido y energía; el puto ácido era el aliado de Hagbard y se había vuelto en su contra: estaba muriendo; las palabras “Hey ese gato es un desastre” le llegaron desde lejos, y su esfuerzo por determinar si se referían a él colapsó en otro esfuerzo por recordar qué eran las palabras, lo cual implotó en una incertidumbre sobre qué tipo de esfuerzo intentaba realizar, mental o físico, y por qué. “Porque,” se respondió en voz alta, “porque, porque -…” pero “porque” no significaba nada.



TÚ NO ERES NADA, NADA, NADA



“No puedo tomar ácido ahora” protestó George. “Estoy tan borracho con esta cerveza bávara que seguramente el viaje va a ser un bajón”.



“Todo el mundo tomará ácido” dijo Hagbard con frialdad. “Son órdenes de la Srta. Portinari, y tiene razón. Solamente podremos enfrentar esta cosa si nuestras mentes están abiertas al Exterior”.



“Hey,” dijo Clark Kent, “miren a ese francés que está ahí”.



“¿Si?” dijo uno de los Superhombres.



“Es Jean-Paul Sartre ¿Quién se hubiera imaginado verlo aquí?” Kent sacudió la cabeza. “Espero que se quede hasta que toquemos nosotros, ¡Mierda, ese tipo ha influido mucho en mí! Escuchará su influencia en nuestra música”.



“Ese es tu viaje, man,” dijo otro de los Superhombres, “a mí me importa un carajo lo que cualquier blanquito de mierda piense sobre nuestra música”.



TÚ NO ERES NADA



“Mick Jagger todavía no cantó ‘Sympathy for the Devil’ y los problemas ya comenzaron” comentó una voz con acento inglés… Atila y sus Hunos intentaban provocar daños físicos agudos a los Senado y Pueblo de Roma… ambos grupos estaban pasados, y se enredaron en una discusión intelectual sobre el significado de una de las letras de Dylan… un Huno golpeó a un Romano con un porrón mientras otra voz farfullaba algo sobre las bromas alegres de Tyl Eulenspiegel.



NADA DE NADA



Joe siempre había tenido la política de que le enviaran a él a los verdaderos chiflados que apareciesen en Confrontación para entrevistarlos personalmente, pero aquel hombre gordo de baja estatura no parecía particularmente loco. Solamente tenía el aspecto soso y normal, aunque algo pequeño, de un típico WASP.



“Mi nombre es James Cash Cartwright,” dijo dándole la mano, “y el tema es la energía consciente”.



“¿El tema de qué?”.



“Ah - del artículo que escribí para usted”. Cartwright buscó dentro de su portafolio de piel de cocodrilo y sacó una gruesa resma de papel escrito a máquina. Las hojas eran de una medida extraña, posiblemente de veinte por veinticinco centímetros. Se los dio a Joe. “¿Qué tipo de papel es este?” preguntó.



“Es el tamaño estándar en Inglaterra” dijo Cartwright. “Cuando estuve allá en 1963 visitando la tumba de mis ancestros compré diez resmas de ésas. Tomé un avión desde Dallas el 22 de Noviembre, el día en que mataron a Kennedy. Sincronicidad. Además, estornudé justo cuando el francotirador disparó. Más sincronía. Pero, con respecto al papel, desde entonces nunca he usado otra cosa para escribir. Me provoca una buena sensación saber que todos los árboles con que fueron hechas mis hojas fueron cortados hace más de diez años, y que ningún otro árbol ha muerto desde entonces para respaldar la proliferación del follaje filosófico de Jim Cartwright”.



“Eso es algo ciertamente maravilloso” dijo Joe, pensando en su temor a los moralistas ecológicos. Durante el pináculo de la moda ecologista, en 1970-71, mucha gente había tenido el descaro de escribirle diciendo que las publicaciones ecológicamente responsables como Confrontación tenían el deber de dejar de imprimir para salvar a los árboles. “¿Qué frutos ha dado su investigación filosófica, Sr. Cartwright?” preguntó.



“Doradas manzanas del sol, y plateadas manzanas de la luna” dijo Cartwright con una sonrisa. Joe vio a Lilith Velkor desafiando a Gruad en la cima de la Pirámide del Ojo.



“Bien, señor,” dijo Cartwright, “mi hallazgo básico es que la energía de la vida impregna al universo entero, al igual que la luz y la gravedad. Por lo tanto, toda la vida es una sola, de la misma manera que la luz lo es. Verá, todas las energías son trasmitidas desde una fuente central, todavía no descubierta. Si cuatro aminoácidos - adenina, citosina, guanina, y timina - súbitamente forman vida al ser combinados, entonces todos los elementos químicos están potencialmente vivos. Usted, yo, los peces, y los insectos, somos ese tipo de forma de vida compuestos por adenina, citosina, guanina, y timina: vida ADN. Lo que llamamos materia muerta es otro tipo de vida: vida no ADN ¿Me sigue hasta ahí? Si la consciencia es vida, y la vida es una, entonces la consciencia del individuo es solamente uno de los órganos sensitivos del universo. El universo produce seres como nosotros para percibirse a sí mismo. Podríamos visualizarlo como un solo ojo descomunal que se auto-contempla”.



Joe permaneció impasible.



Cartwright continuó. “Por lo tanto, la consciencia también se manifiesta como telepatía, clarividencia y telekinesia. Estos fenómenos simplemente son versiones no localizadas de la consciencia. La telepatía me interesa mucho, y he obtenido muchos logros en el campo de la investigación telepática. Estos casos de comunicación son nuevas pruebas de que la consciencia es una red inherente que atraviesa el universo”.



“Aguarde un minuto” dijo Joe. “Los automóviles se mueven gracias a energía mecánica, calórica y eléctrica, pero eso no significa que todos los automóviles del mundo están en contacto entre sí”.



“¿Qué queman?” preguntó Cartwright sonriendo.



“¿Se refiere a los automóviles? Bien, la gasolina hace ignición explosiva en el cilindro…”.



“Solamente la materia orgánica se quema” dijo Cartwright engreídamente. “Y toda la materia orgánica desciende de una sola célula. Todo el fuego es uno solo. Y todos los automóviles se comunican entre sí. Usted no me va a hablar a mí sobre gasolina o petróleo. Soy tejano ¿Le había dicho?”.



Joe meneó la cabeza. “¿De que parte de Texas?”.



“De un pueblito llamado Mad Dog”.



“Tengo una pregunta para usted. Dígame, Sr. Cartwright, ¿Sabe algo acerca de una organización conspirativa llamada los Antiguos Videntes Iluminados de Baviera?”.



“Bien, conozco tres organizaciones que tienen nombres similares: la Antiguos Bávaros Conspirados, la Nueva Baviera Conjurada y los Conspiradores Bávaros Secretistas”.



Joe asintió. Cartwright no conocía muy bien los hechos - al menos como Joe los conocía. Quizás el hombre rechoncho tenía otras piezas del rompecabezas, tal vez menos piezas que Joe. Sin embargo, al ser diferentes, podrían ser útiles.



“Cada una de esas organizaciones controla una de las cadenas televisivas masivas de los EEUU” dijo Cartwright. “Las iniciales de cada canal han sido escogidas intencionalmente para referir al grupo que los controla. También controlan las revistas y diarios más importantes del país. Por eso recurrí a usted. A juzgar por el material que ha estado imprimiendo, no solo deduzco que los Illuminati no controlan su revista, si no que usted parecería gozar del beneficio de una protección bastante poderosa”.



“Así que hay tres grupos Illuminati diferentes, y entre ellos controlan todos los medios de comunicación, ¿Correcto?”.



“Correcto” afirmó Cartwright, con una expresión tan alegre como si hubiera estado explicando cómo había hecho su mujer para hacer helado casero. “También manejan la industria del cine. Han metido mano en cientos de películas, siendo Gunga Din y El Ciudadano Kane las más conocidas. Ésos dos filmes están especialmente repletos de referencias, símbolos, mensajes codificados y propaganda subliminal Illuminati. ‘Rosebud’ (Pimpollo de rosa), por ejemplo, es el nombre en código del símbolo Illuminati más antiguo, la Rosa Cruz. Ya sabe lo que eso significa” sonrió obscenamente.



Joe asintió. “Así que usted conoce ‘el combate florido’”.



Cartwright se encogió de hombros. “¿Quién no? El Dr. Horace Highsmith, íntimo amigo mío y dirigente de la Sociedad John Dillinger Murió por Ti, ha escrito un análisis de Gunga Din señalando el verdadero significado tras los thugs, la maligna diosa Kali, el foso lleno de serpientes, el remedio de elefante, el toque del clarín en la cima del templo, y otras cosas más. Gunga Din celebra la imposición de la Ley y el Orden en un área aterrorizada por criminales adoradores de una diosa que engendra maldad y caos. Los thugs son una caricatura de los Discordianos, y los ingleses representan la forma en que los Illuminati se ven a sí mismos. Ellos aman esa película”.



“A veces me pregunto si no estaremos todos trabajando para ellos de una u otra forma” dijo Joe, intentando parecer deliberadamente ambivalente, para ver cómo reaccionaba Cartwright.



“Seguramente” dijo Cartwright. “Todo lo que hacemos en contribución a la falta de armonía en la raza humana les ayuda. Siempre están sacudiendo a la sociedad con experimentos que implican el sufrimiento y la muerte de un gran número de personas. Considere el desastre del General Slocum el 15 de Junio de 1904, por ejemplo. Note que 19+04= 23, dicho sea de paso”.



¿Él también? pensó Joe molesto. Si no es uno de los nuestros, es uno de ellos, pero si es uno de ellos, ¿Por qué me está revelando tantas cosas?



“Dígame,” expuso Cartwright, “si toda la consciencia no es una, ¿Por qué Joyce eligió justo el día siguiente para su Ulysses, de manera tal que el desastre del General Slocum figurara en los diarios que leían sus personajes? Verá, Joyce sabía que era un genio, pero nunca comprendió la naturaleza del genio, que consiste en tener un mejor contacto con la consciencia universal que el resto de los hombres. De cualquier manera, con la tragedia del General Slocum, los Illuminati estaban probando una técnica nueva y más económica para alcanzar la iluminación trascendental - que requería solamente unos cientos de muertes súbitas en vez de miles. No es que se preocuparan por las vidas humanas, comprenderá, aunque pudo haber sido resultado del deseo reprimido de los Illuminati de retornar a sus propósitos originales, que eran benignos”.



“¿En verdad?” preguntó Joe. “¿Cuáles eran esos buenos propósitos?”.



“La preservación del conocimiento humano luego de una catástrofe natural que destruyó el continente de Atlántida y a la primera civilización humana, hace treinta mil años” dijo Cartwright.



“¿Catástrofe natural?”.



“Sí. La erupción de una llama solar. Los Illuminati originales eran científicos que predijeron la llamarada solar, pero sus coetáneos se burlaron de ellos, así que huyeron por su cuenta. La benevolencia de aquellos primeros Illuminati fue reemplazada por actitudes elitistas en sus sucesores, pero esos propósitos benignos siguen reapareciendo cada tanto, en la forma de facciones que se alzan en contra de la orden y se separan. Esas facciones conservan el secretismo tradicional de los Illuminati, pero apuntan a estorbar la destructividad de la organización madre. Los Justificados Ancestros de Mummu fueron expulsados de los Illuminati en 1888. Pero la conspiración anti-Illuminati más antigua es el Frente de Liberación Erisiano, que se desprendió de ellos antes del comienzo de la civilización actual. Luego está el Movimiento Discordiano - otra separación, aunque son casi tan diabólicos como los Illuminati. Son una especie de cruza entre los seguidores de Ayn Rand y la Cienciología. Su líder es un tipo llamado Hagbard Celine. Usted nunca ha leído nada sobre esto porque los gobiernos del mundo estaban muy asustados como para reconocerlo, pero hace cinco años, este tipo Celine se infiltró en la Marina de los EEUU y robó un submarino nuclear para los Illuminati. Es un súper-negociante - puede hablar con H. L. Hunt y despojarlo de la mitad de sus pozos petroleros en un santiamén. Era Suboficial en Jefe. Primero convenció a la mitad de la tripulación con las mentiras más increíbles que haya escuchado desde que Tim Leary estaba en todo su esplendor. Luego metió algún tipo de droga en el suministro de aire del submarino, y bajo su influencia, pudo convencer al resto. A los que eran demasiado tercos los arrojó por las troneras de los torpedos. Un tipo simpático. Pues, bien, éste submarino estaba armado con misiles Polaris. Así que la siguiente jugada de Celine fue esconderse en algún lugar en medio del océano donde no pudieran encontrarle y chantajear a los gobiernos de EEUU, URSS y China pidiéndole a cada uno diez millones de dólares en oro, y diciendo que recién después de conseguir los treinta millones que quería se desharía de los misiles. De otra forma los lanzaría a alguna ciudad de alguno de aquellos países”.



“¿Celine todavía estaba trabajando para los Illuminati a esa altura?”



“¡Claro que no!” bufó Cartwright. “Ellos no planean el juego de esa manera. Prefieren operar sigilosamente, detrás de las cortinas de la sala del trono. Ellos trabajan con venenos y con dagas, no con bombas de hidrógeno. Celine mandó a la mierda a los Illuminati, y ellos no pudieron hacer nada, salvo apretar los dientes. Desde entonces, él ha estado operando como un pirata. Y le diré algo más. Hay más de un líder mundial, incluyendo a los líderes Illuminati, que no han podido dormir a la noche por culpa de otra cosa que Hagbard Celine tiene en su submarino”.



“¿Qué es, Sr. Cartwright?”.



“Bien, verá, el gobierno de EEUU hizo algo muy estúpido. Por entonces, no estaban satisfechos con que sus submarinos Polaris solamente llevaran armamento nuclear. Pensaron que sus submarinos también deberían ir provistos con otra clase de armas: bacteriológicas”.



Joe sintió que le bajaba la temperatura, y se le endurecía el cuello. Eso era lo que ellos querían: que los demás se preocuparan por la devastación nuclear. La enfermedad - la extinción de la raza humana por la diseminación de una plaga hecha por el hombre y para la cual no había antídoto - era la pesadilla particular de Joe. Tal vez porque a los siete años estuvo a punto de morir por la polio; a pesar de que desde entonces siempre había gozado de buena salud, le era imposible sacudirse el miedo a una enfermedad fatal.



“Este Hagbard Celine - estos Discordianos -, ¿Tienen armamento bacteriológico a bordo del submarino?”.



“Si. Algo llamado Ántrax Tau. Lo único que Celine tiene que hacer es liberarlo en el agua, y a la semana toda la raza humana estará muerta. Se propaga rapidísimo. Cualquier ser vivo puede ser su portador. Pero lo más interesante es que solamente es letal para el ser humano. Si Celine se vuelve tan loco como para usarlo - y en estos días está bastante loco, y va empeorando -, le dará al planeta un nuevo comienzo, por así decirlo. Alguna otra forma de vida podría evolucionar hacia la inteligencia. Ahora, si tenemos una guerra nuclear, o si contaminamos el planeta hasta la muerte, no quedará ninguna forma de vida. Tal vez lo mejor sería que Hagbard Celine arrojara ese Ántrax Tau en el agua. Prevendría sucesos peores”.



“Si no quedaría nadie con vida,” dijo Joe, “¿Desde el punto de vista de quién eso sería lo mejor que podría pasar?”.



“De la vida” dijo Cartwright. “Se lo dije, toda la vida es una. Lo que me lleva de vuelta a mi artículo. Se lo dejaré. Ya sé que es mucho más largo que los que ustedes suelen publicar, así que siéntase en libertad de extraer lo que desee y págueme la tarifa habitual que paga por cualquier cosa que publica”.



Esa tarde Joe se quedó en su oficina hasta las nueve. Como era usual, llevaba un día de retraso en pasar en limpio su columna editorial y el correo de lectores. Sentía que esas eran dos partes de la revista que solo él podía hacer correctamente, y se rehusaba a delegarlas a Peter o a cualquier otro miembro del staff. Primero pasó las cartas a máquina, recortándolas y poniéndoles puntos y comas, y después añadió las respuestas editoriales donde eran solicitadas. Luego dejó de lado sus notas e investigaciones para la editorial que había planeado para el número de Agosto, y escribió una arenga apasionada para que cada uno de los lectores se hiciera personalmente responsable de hacer algo en contra de la amenaza de la guerra bacteriológica. Incluso aunque fuera pura basura lo que Cartwright le había contado, le había hecho recordar su vieja preocupación de que era más probable que una guerra bacteriológica acabara con la humanidad que las armas nucleares. Eran muy fáciles de desatar. Visualizó a Hagbard en su submarino lanzando a los mares los microbios de una plaga súper-destructiva y se estremeció.



Con el pesado artículo de Cartwright en su portafolio, el cual había decidido llevar a su casa, se detuvo en el lobby del edificio, observando lúgubremente los tanques llenos de peces tropicales en la vidriera de la tienda de mascotas. Una de las peceras tenía como ornamento un modelo en miniatura de un barco pirata hundido. Esto le hizo pensar en Hagbard Celine nuevamente ¿Confiaba en Hagbard o no? ¿Era posible creerle a Hagbard, con su complejo de Capitán Nemo, incubando recipientes repletos de colonias de bacterias, y con su dedo peludo suspendido tentativamente sobre un botón que enviaría un torpedo con gérmenes de Ántrax Tau hacia las oscuras aguas del Atlántico? Todos los seres humanos morirían en una semana, había dicho Cartwright. Y era difícil pensar que Cartwright estuviese mintiendo, ya que sabía muchísimo sobre muchas otras cosas.



Cuando Joe llegó a su casa, puso su disco favorito del Museo de Historia Natural, El Lenguaje y la Música de los Lobos, y encendió un porro. Le gustaba escuchar a los lobos cuando estaba colocado, e intentaba comprender su lenguaje. Luego sacó el escrito de Cartwright del portafolio y le echó una ojeada al título. No decía nada sobre la energía consciente, en realidad refería a un tema que Joe encontró mucho más interesante:



CÓMO ES EL COMPLOT DE LOS ANTIGUOS BÁVAROS CONSPIRADOS Y CÓMO PLANEARON LOS ASESINATOS DE MALCOM X, JOHN F. KENNEDY, MARTIN LUTHER KING JR., GEORGE LINCOLN ROCKWELL, ROBERT KENNEDY, RICHARD M. NIXON, GEORGE WALLACE, JANE FONDA, GABRIEL CONRAD, Y HANK BRUMMER.



“A la mierda” dijo Joe.





Fue todo un viaje” dijo Hagbard Celine.



“Tú eres todo un viajero” respondió la Srta. Portinari. “Hiciste muy bien las cosas con Harry Coin. Como también él probablemente lo haga, cuando junte el valor para venir a verme”.



“Fue más simple que conmigo mismo” dijo Hagbard fastidiado. “Mi culpa es mucho más profunda porque sé más. Fue más fácil despojarlo de su culpa que despojarme de la mía”.



“¿Y cesó? ¿Tu cabello ya no se eriza?”.



“Sé quién soy y por qué estoy aquí. Adenina, citosina, guanina y timina”.



“¿Cómo es que lo habías olvidado?”.



Hagbard sonrió. “Olvidar es fácil. Tú lo sabes”.



Ella también sonrió. “Bendito sea, Capitán”.



“Bendita seas, igualmente” dijo él.



Volvió a su camarote sintiéndose todavía derrotado. La visión del auto-engendrado y de la serpiente comiendo su propia cola habían roto las líneas de la palabra, de las imágenes y de la energía emocional que estaban llevándolo nuevamente hacia la Noche Negra del Alma - pero resolver sus problemas personales no había salvado la Demostración, ni le ayudaría a sortear el desastre inminente. Simplemente le evitó tener que comenzar todo de nuevo. Simplemente le recordó que el fin es el comienzo y que la humildad es infinita.



Simplemente fue otro giro de la Rueda del Tarot hacia otra conexión más alta…



Cayó en la cuenta de que todavía estaba un tanto viajado. Comprendió: Harry Coin estaba viajando, pero él ya no era Harry Coin.



Hagbard, recordando nuevamente quien era y por qué estaba allí, abrió la puerta de su camarote. Joe Malik estaba sentado en una silla debajo del mural del pulpo, y lo saludó a penas con un vistazo.



“¿Quién mató a John Kennedy?” preguntó Joe con calma. “Esta vez quiero respuestas directas, H. C.”.



Hagbard se relajó en otra silla y sonrió con amabilidad. “Finalmente ataste ese cabo, ¿Eh? Hace un par de años le dije a John que cuando hablara contigo enfatizara en que no debías confiar en nadie cuyas iniciales fueran H. C., y a pesar de eso confiaste en mí y no te diste cuenta”.



“Me di cuenta. Pero me pareció demasiado loco como para tomarlo seriamente”.



“John Kennedy fue asesinado por un hombre llamado Harold Canvera, que vivía en la avenida Fullerton de Chicago, cerca del Restaurante Seminary, donde conversaste por primera vez con Simon sobre sus teorías numerológicas. Dillinger se había mudado a ese barrio a fines de los 50s porque le gustaba ir al teatro Biograph para recordar los viejos tiempos, y Canvera era su arrendador. Era un individuo muy cuerdo, ordinario, y bastante soso. Luego, en 1963, en Dallas, John lo vio volándole la cabeza al presidente antes de que Oswald, Harry Coin, o el francotirador de la Mafia pudiesen dispararle”. Hagbard hizo una pausa para encender un cigarro. “Posteriormente investigamos a Canvera como los científicos investigarían a la primera forma de vida extraterrestre. Puedes imaginarte lo minuciosos que fuimos. No era un sujeto político, lo cual nos desconcertó muchísimo. Resulta que Canvera había invertido un montón de dinero en Blue Sky Inc., una firma que fabricaba artefactos para aterrizajes en planetas de baja gravedad. Eso fue a principio de los 50s. Finalmente, la hostilidad de Eisenhower hacia el programa espacial hizo que las acciones de Blue Sky cayeran hasta lo más bajo, y Canvera las vendió, sufriendo pérdidas terribles. Entonces vino Kennedy y anunció que los EEUU pondrían un hombre en la Luna. De repente, las acciones que había vendido valían millones. El cerebro de Canvera hizo crac - y eso fue todo. Asesinar a Kennedy y salirse con la suya lo volvieron esquizoide; durante un tiempo fue adepto al espiritualismo, y después se unió a la Pueblada Unida de Trabajadores Anticomunistas, uno de los grupos anti-Illuminati más paranoicos, y se dedicó a manejar el servicio de mensajes telefónicos de propaganda de la PUTA”.



“¿Nadie ha sospechado de él?” preguntó Joe. “¿Canvera anda suelto por Chicago, ocupándose de sus negocios, y es solamente otro rostro más en la calle?”.



“No. Lo asesinaron hace unos años. Gracias a ti”.



“¿Gracias a ?”.



“Si. Él fue uno de los sujetos del primer experimento con AUM. Subsecuentemente cometió el error de dejar preñada a la hija de un político local. Parece que el AUM lo volvió susceptible a ideas libertinas”.



WE'RE GONNA ROCK ROCK ROCK TILL BROAD DAYLIGHT



“Suenas muy convincente, y casi te creo,” dijo Joe lentamente, “pero ¿Por qué soltaste todo de golpe? ¿Por qué ya no hay puestas en escena y rodeos?”.



“Están por sonar las campanadas de medianoche” respondió Hagbard simplemente, encogiéndose de hombros. “El hechizo está por terminar. Pronto, el carruaje volverá a ser una calabaza, Cenicienta volverá a la cocina, todo el mundo se quitará las máscaras y el carnaval habrá concluido. En serio,” añadió con sinceridad, “pregúntame cualquier cosa y te diré la verdad”.



“¿Por qué me mantienes separado de George? ¿Por qué debo merodear por el submarino como un fugitivo y comer con Galley y Eichmann? ¿Por qué no deseas que George y yo cotejemos nuestras notas?”.



Hagbard suspiró. “La verdadera explicación nos tomaría un día entero. Primero deberías comprender todo el Sistema Celiniano. En el lenguaje simple de la psicología convencional, le estoy quitando a George las figuras paternales. Tú eres una: su primer y único jefe, un hombre mayor al que respeta y en quien confía. Yo me transformé rápidamente en otra, y esa es una de las mil y una razones por las que dejé la figura del gurú en manos de la Srta. Portinari. Él debía confrontar a Drake, el mal padre, y perdernos a ti y a mí, los buenos padres, antes de poder comprender realmente el sexo con una mujer. El próximo paso, si eres curioso, es alejarlo de las mujeres. Temporalmente” agregó de inmediato. “No estés tan nervioso. Has atravesado gran parte del Sistema Celiniano y no te ha matado. Y ahora eres más fuerte gracias a él, ¿No?”.



Joe asintió, aceptando aquello, pero disparó la siguiente pregunta inmediatamente, “¿Sabes quién puso la bomba en Confrontación?”



“Si, Joe. Y también sé por qué lo hiciste”.



NO ERES NADA DE NADA



“Okay, aquí está la paga, y mejor que tu respuesta sea buena, ¿Por qué estás ayudando a los Illuminati a hacer inmanente el Eskatón, Hagbard?”.



“Andará a vapor cuando llegue el tiempo de los motores a vapor, como dijo un hombre muy sabio una vez”.



“Jesús” dijo Joe cansinamente. “Creí que ya había superado ese pan asinorum. Cuando descubrí cómo sacas al ganso de la botella del acertijo zen - no haces nada y esperas a que el ganso la rompa a picotazos, como hace el polluelo para salir del huevo - me di cuenta de que ‘haz lo que quieras’ se transforma en ‘toda la ley’ por un proceso matemático. La ecuación se equilibra cuando descubres que el ‘tú’ implícito en la frase es distinto del ‘tú’ ordinario. Se trata de todo el maldito universo - y todo lo que está vivo de la misma forma en que nosotros estamos vivos, y todo lo mecánico, de la misma forma en que nosotros somos mecánicos. El Robot. Aquel que es más confiable que todos los Budas y sabios. Oh, Jesús, si, creí haberlo comprendido todo. Pero esto, esto… esto es puro fatalismo - ¿Qué mierda vamos a hacer a Ingolstadt, si no podemos hacer nada?”.



“La moneda (en inglés: coin) tiene dos lados. Es la única moneda que hay, pero aún así tiene dos lados”. Hagbard se inclinó hacia delante con intensidad. “Es mecánico y está vivo. Déjame ponerlo en una metáfora sexual, ya que sueles juntarte con los intelectuales de New York. Ves a una mujer y sabes que te acostarás con ella antes de que termine la noche. Eso es mecánico: algo sucedió cuando sus miradas se encontraron. Pero el orgasmo es orgánico; cómo será, ninguno de los dos puede predecirlo. Y yo sé, al igual que los Illuminati, que la inmanentización sucederá el primero de Mayo debido al proceso mecánico que Adam Weishaupt inició otro primero de Mayo hace dos siglos, y debido a otros procesos que otra gente inició antes y después de eso. Pero ni los Illuminati ni yo sabemos qué forma tomará la inmanentización. No tiene por qué ser el infierno en la tierra. Tal vez sea el paraíso en la tierra. Y es por eso que iremos a Ingolstadt”.



THREE O'CLOCK TWO O'CLOCK ONE O'CLOCK ROCK



Me hice policía por Billie Freschette. Bueno, no quiero mentirles - ese no fue el único motivo. Aunque ella seguramente fue gran parte de la razón, y lo curioso es lo que sucedió después, cuando Milo Flanagan me asignó como infiltrada en el grupo anarquista de Lincoln Park, metiéndome hasta mi negro culo en todas esas intrigas internacionales y en cogidas estilo yoga con Simon Moon. Pero tal vez debería comenzar otra vez desde el principio, desde Billie Freschette. Yo era una niña, y ella era una vieja - a principios de los 50s - (por entonces Hassan i Sabbah X operaba abiertamente, recorría el South Side predicando que el más grande de los Magos Blancos había muerto recientemente en Inglaterra, y que ahora estaba comenzando la era de los Magos Negros; todo el mundo pensaba que era un loquito drogón), y mi padre era cocinero en un restaurante de Halsted. Una vez me la señaló en la calle (debe haber sido justo antes de que volviera a la reserva para morir). “¿Ves a esa señora, nena? Ella era la novia de John Dillinger”.



La observé y vi que era una mujer fuerte e íntegra, y que lo que fuera que la ley le había hecho no la había quebrado, pero también vi que la pena la rodeaba como un halo oscuro. Papá continuó y me contó un montón de cosas sobre ella y sobre Dillinger, pero fue la pena lo que quedó grabado en cada una de las células de mi cerebrito. Me llevó años darme cuenta, pero lo que en realidad significaba, como una profecía o un conjuro, es que ella era básicamente igual a las mujeres de los líderes negros de las pandillas de South Side, a pesar de ser india. Los negros solo tienen una forma de sobrevivir en Chicago, y es uniéndose a una pandilla - Solidaridad Eterna, como diría Simon -, pero yo me figuré que había una sola pandilla realmente segura, la más grande de todas, los chicos del Sr. Charlie, el puto establishment.



Supongo que todos los policías negros tienen eso en mente antes de darse cuenta de que nunca podremos unirnos realmente a esa pandilla, no como miembros oficiales. Yo lo descubrí rápidamente, no solo por ser negra, si no también porque soy mujer. Así que entré en la pandilla, la pandilla más jodida y pesada, pero siempre estaba buscando algo mejor, lo imposible, el truco maestro que me sacase completamente del tablero de ajedrez blanco-y-negro del Hombre y me llevase a un lugar donde pudiera ser yo misma y no solo un peón movido por los caprichos de Charlie.



Otto Waterhouse nunca sintió eso, al menos hasta cerca del fin del juego. Nunca se había metido lo suficiente en su propia cabeza como para ver qué era lo que estaba sucediendo allí (era un verdadero policía, y se metió en mi cabeza tan pronto nos conocimos, esperando el momento en que yo me pusiera en contra de Charlie y me pasara al otro bando) y lo más que logré sacar de él fue que diga que no era un tío Tom en el sentido ordinario: no jodía a los negros en nombre del Hombre, los jodía por un asunto propio; era estrictamente una historia suya.



Otto fue mi contacto cuando que me asignaron para una tarea encubierta. Nos encontrábamos en un lugar que yo siempre tenía de excusa para visitar: una firma de abogados de mala muerte llamada Washington, Weishaupt, Budweiser, y Kief, en el nº 23 de la calle North Clark. Luego, por alguna razón que nunca conocí, cambiaron el nombre a Ruly, Kempt, Sheveled y Couth, y después a Weery, Stale, Flatt y Profitable, y para mantener su fachada contrataron a una verdadera pareja de abogados e hicieron algunos trabajos legales reales para una corporación llamada Blue Sky Inc.



El 29 de Abril, todavía abrigando dudas sobre Hagbard, Joe Malik intentó el método más simple de adivinación a través del Tarot. Concentrando toda su energía en la pregunta, cortó el mazo y sacó una carta que revelaría la verdadera naturaleza de Hagbard, si el método funcionaba. Con abatimiento, vio que había sacado el Hierofante. Recordando la mnemotécnica que Simon le había enseñado, Joe identificó a dicha figura con el número cinco, la letra hebrea Vau (que significa “clavo”), y con la interpretación tradicional de una manifestación falsa: una hipocresía o un truco. Cinco era el número de Grummet, el fin caótico y destructivo de un ciclo. Vau era la letra asociada a las disputas, y a menudo se relacionaba “clavo” con la muerte de Cristo. La carta le estaba diciendo que Hagbard era un farsante hipócrita que apuntaba hacia la destrucción, un asesino del aspecto Soñador-Redentor de la humanidad. O, haciendo una lectura más mística, que usualmente es conveniente con el Tarot, Hagbard solamente parecía ser esas cosas, y en realidad era un agente de la Resurrección-Renacimiento - porque Cristo debía morir antes de convertirse en el Padre, como (en los Vedantas) el yo debía ser obliterado para unirse al gran Yo. La carta solo reflejaba su propia incertidumbre. Buscó en las repisas de libros con que Hagbard había dotado aquél camarote, y encontró tres libros sobre Tarot. El primero, un manual popular, fue absolutamente inútil: identificaba al Hierofante con la religión en contraste con la espiritualidad, con la conformidad, y con todos los valores plásticos de clase-media de los que Hagbard carecía conspicuamente. El segundo (escrito por un verdadero adepto del Tarot) solamente lo llevó de nuevo a su propia lectura confusa de la carta, remarcando que el Hierofante “es misterioso, e incluso siniestro. Parece estar gozando de una broma secreta a expensas de los demás”. El tercer trabajo despertó más dudas: era Liber 555, de alguien llamado Mordecai Malignatus, lo cual le hizo recordar vagamente a Joe que el viejo esquema de la conspiración Illuminati del East Village Other mostraba a un tal “Mordecai el Funesto” a cargo de la Esfera del Caos - y “Mordecai Malignatus” era una especie de latinización de “Mordecai el Funesto”. También recordó, de acuerdo al poco confiable gráfico, que Mordecai compartía junto a Richard Nixon (vivo por aquellos días) el control de los Ancianos de Zion, la Casa de los Rotchild, el Politburó, el Sistema de Reserva Federal, el Partido Comunista de EEUU, y a los Estudiantes por una Sociedad Democrática. Joe pasó algunas páginas para ver qué tenía para decir el seudo-mítico Mord sobre el Hierofante. El capítulo era breve, estaba en una parte llamada “el Libro de los Republicanos y los Pecadores”, y decía:



                                                                                        Clavaron al Amor

                                                                                        en una Cruz

                                                                                        Símbolo de su

5                     Vau              EL HIEROFANTE              Poder

                     (clavo)                                                        Pero el Amor no fue

                                                                                        Derrotado

                                                                                        Simplemente

                                                                                        no luchó



Cinco hombres drogados estaban en un patio, cuando entró un elefante.

El primer hombre estaba drogado de sueño y no vio al elefante, si embargo soñó cosas que eran irreales para los que estaban despiertos.

El segundo hombre estaba drogado con nicotina, cafeína, DDT, exceso de carbohidratos, deficiencia de proteínas y otros químicos de la dieta que los Illuminati habían impuesto en aquellos a medio despertar, para mantenerlos lejos de la verdadera conciencia. “Hey,” dijo, “hay una bestia enorme y hedionda en nuestro patio”.

El tercer hombre estaba drogado con marihuana, y dijo “no, ese es el Viejo Partido Fantasmal en su forma verdadera, el Nixon Oscuro del Alma” y rió tontamente.

El cuarto hombre drogado estaba viajando en peyote, y dijo “ustedes no ven el misterio, el elefante es un poema escrito con toneladas en vez de palabras” y sus ojos bailaron.

El quinto hombre drogado estaba de ácido, y no dijo nada, solamente adoró al elefante en silencio como al Padre de Buda.

Y luego entró el Hierofante y sembró misterio en sus corazones cuando dijo “¡Todos ustedes son elefantes!”.

Nadie lo comprendió.



(A las ocho en punto, en Ingolstadt, un grupo no incluido en las listas llamado Culto Cargo consiguió hacerse con el micrófono y comenzaron a atronar con su propia versión de una vieja canción infantil con arreglos galácticos:



ELLA VENDRÁ DE LA MONTAÑA, CUANDO VENGA

ELLA VENDRÁ DE LA MONTAÑA, CUANDO VENGA



Y en Washington, donde eran apenas las dos de la tarde, la Casa Blanca estaba en llamas y la Guardia Nacional disparaba ráfagas de ametralladora contra una muchedumbre armada cruzando el Paseo Público, frente al Monumento a Washington, un dedo solitario apuntando hacia arriba con un gesto elocuente y vulgar, que solamente los Illuminati sabían que quería decir “Fuck You!”… en Los Ángeles, donde eran las nueve de la mañana, las bombas comenzaron a explotar en las estaciones de policía… y en la caverna Lehman, Markoff Chaney señaló disgustado un graffiti a Saúl y Barney: AYUDE A COMBATIR EL TAMAÑISMO: LLEVE UN ENANO A ALMORZAR “¿Ven?” protestó. “Se supone que eso es gracioso. No es gracioso en absoluto. Ni un poco”).



ELLA VENDRÁ CON SEIS CABALLOS BLANCOS

ELLA VENDRÁ CON SEIS CABALLOS BLANCOS

ELLA VENDRÁ CON SEIS CABALLOS BLANCOS, CUANDO VENGA



El 29 de Abril Hagbard invitó a George a unírsele en el puente del Lief Erikson. Habían estado navegando a través de un pasaje tubular de paredes lisas totalmente lleno de agua y por debajo del nivel del mar. Había sido construido por los atlantes y no solo había sobrevivido a la catástrofe, si no que también había sido mantenido en buenas condiciones durante los siguientes treinta mil años por los Illuminati. Incluso tenía una exclusa para el agua salada localizada aproximadamente bajo Lyon, Francia, que servía para que el agua salada del Atlántico no se mezclara con el agua dulce del Mar de Valusia. Los pasajes fluviales subterráneos estaban conectados con muchos lagos de Suiza, Baviera y de Europa occidental, explicó Hagbard, y si se hallara agua salada en alguno de ellos, la existencia de aquel extraño mundo oculto de los Illuminati podría ser descubierta. Mientras el submarino se acercaba a una enorme escotilla circular que cerraba el paso, Hagbard desconectó los dispositivos que lo volvían indetectable. Inmediatamente, la formidable puerta redonda de metal se abrió delante de ellos.

“¿Los Illuminati no se enterarán que hemos activado ese mecanismo?” preguntó George.



“No. Es automático” dijo Hagbard. “Nunca se les ocurrió que alguien más podría usar este pasaje”.



“Pero saben que puedes. Y te equivocaste con respecto a que sus naves arácnidas no podían detectarte”.



Hagbard giró hacia George con un puño cerrado como para golpearlo. “¡No me hables sobre las putas naves arácnidas! ¡No quiero escuchar nada más sobre ellas! Ahora el show lo maneja Portinari, y ella dice que es seguro entrar, ¿Okay?”.



“Comandante, usted está del culo” dijo George con firmeza.



Hagbard rió y sus hombros cayeron relajados. “Bien. Puedes abandonar el submarino cuando quieras. Te abrimos la escotilla y te vas nadando”.



“Eres un loco de mierda, pero me quedaré contigo” dijo George palmeando a Hagbard en el hombro.



“Una de dos: estás en el submarino, o estás fuera de él” dijo Hagbard. “Mira eso”.



El Lief Erikson atravesó la entrada, y el portal metálico se cerró detrás de ellos. Allí, el cielorraso del pasaje submarino era unos quince metros más alto que en la sección anterior, y el túnel estaba solamente lleno de agua hasta la mitad. El aire parecía provenir de unas ventilaciones en la parte superior. A la distancia, en el otro extremo de la galería, había otra exclusa metálica.



“Esa entrada es bastante grande” dijo George. “Los atlantes debieron tener submarinos enormes”.



“Y animales” dijo Hagbard.



El enorme portal delante de ellos se abrió dejando entrar el agua dulce a raudales. El nivel de flotación se elevó hasta el techo del pasaje, y los motores del Lief Erikson vibraron, y comenzaron a propulsarlo nuevamente. Ahora George escribe en su diario:



29 de Abril

¿Qué significa decir que la vida no debería cambiar tan rápidamente? ¿Qué tan veloz es la evolución? ¿Puede medirse en el término de una vida? Un año es mucho más que el término de la vida de muchos animales, mientras que setenta años son una hora en la vida de una secoya. Y el universo tiene solamente un billón de años de antigüedad ¿Cuán rápidamente pasan un billón de años? Para un dios deben pasar bastante rápido. Debe ser un instante. Supongamos que la expectativa de vida de tu dios típico fuera de cien quintillones de años. La vida entera del universo hasta este momento, para él, no sería más que el tiempo que a nosotros nos lleva ver una película.



Así que desde el punto de vista de un dios, o del universo, las cosas evolucionan velozmente. Es como en una de esas películas de Walt Disney donde una planta crece a ojos vista desde la semilla hasta dar fruto en dos minutos. Para un dios, la vida es un solo organismo que prolifera en todas direcciones en la Tierra, la Luna y Marte; y todo el proceso que lleva desde un microorganismo hasta George Dorn y sus compañeros humanos solamente toma…





La voz de Hagbard en el intercomunicador lo arrancó de su ensueño. “Vuelve a la sala de control, George. Hay más cosas para ver”.



Esta vez Mavis estaba en el puente junto a Hagbard. Mientras George entraba, Hagbard retiraba lentamente una mano del pecho izquierdo de la chica. George sintió ganas de matarlo, pero estaba agradecido de no haber visto a Mavis tocando a Hagbard de manera erótica. Eso hubiera sido insoportable. Podría haber probado su nuevo coraje arremetiendo contra Hagbard, pero solo la Diosa sabe con qué tipo de karate, yoga o magia habría respondido él. Además, Mavis y Hagbard deberían echar polvos todo el tiempo ¿A qué otro que a Hagbard tomaría una mujer como Mavis por amante regular? ¿Y quién más que Hagbard podía satisfacerla?



Mavis saludó a George con un abrazo fraternal que lo hizo sufrir. Hagbard señaló una inscripción tallada en la pared de la cueva. Había una hilera de símbolos que George no pudo reconocer, pero sobre ellos había algo bastante familiar: un tridente apuntando hacia abajo rodeado por un círculo.



“El símbolo de la paz” dijo George. “No sabía que era tan antiguo”.



“Cuando fue inscrito allí,” dijo Hagbard, “era conocido como la cruz de Lilith Velkor, y su significado es que cualquiera que atente contra los Illuminati sufrirá la tortura más horrible que ellos puedan concebir. Lilith Velkor fue una de sus primeras víctimas. La crucificaron en una rueda con una cruz muy similar a esa”.



“Me habías dicho que eso no era realmente un símbolo de la paz,” dijo George mirando el diseño pensativamente, “pero no había comprendido qué querías decir”.



“Había un Illuminatus de grado mayor en el círculo de Bertrand Russell, y fue el que puso en la cabeza de algunos de ellos que el tridente en el círculo sería un buen símbolo para los manifestantes de Aldermaston. Fue un trabajo muy inteligente y sutil. Si el Comité para el Desarme Nuclear se hubiera puesto a pensar, ¿Para qué necesitaban un símbolo? Pero Russell y su gente se entusiasmaron con él. Lo que no sabían es que el círculo y el tridente habían sido tradicionalmente un símbolo de maldad entre los satanistas y los seguidores del camino de la mano izquierda durante miles de años. Y como muchos derechistas son secretamente magos siniestros y satanistas, detectaron inmediatamente el significado del símbolo. Eso los hizo pensar que los Illuminati estaban detrás del movimiento pacifista, y acusaron a los peaceniks de usar simbología satánica, lo cual en cierto grado los desacreditó. Un truco hábil”.



“¿Por qué está en esa pared?” inquirió George.



“La inscripción advierte al visitante que debe purificar su corazón porque está por ingresar al Mar de Valusia, territorio exclusivo de los Illuminati. Cruzando el Mar de Valusia, eventualmente llegas al puerto de Agharti, que fue el primer refugio Illuminati luego de la catástrofe de Atlántida. Estamos emergiendo al mar de Valusia en este instante. Mira”.



Hagbard señaló, y George observó con la boca abierta mientras desaparecían las paredes de la caverna que los rodeaba. Estaban saliendo del túnel, y entrando en lo que parecía una niebla infinita. Las cámaras y sus guías láser penetraban aquel océano sin luz en el que navegaban de la misma forma que en el Atlántico, pero este mar no era verde o azul si no gris. Un gris que parecía extenderse infinitamente en todas las direcciones, como un cielo encapotado. Era imposible calcular las distancias. La profundidad más lejana del gris que los rodeaba podía estar a cientos de millas de distancia, o a unos metros del submarino.



“¿Dónde está el fondo?” preguntó George.



“Está demasiado lejos como para verlo” dijo Mavis. “La superficie de éste océano está apenas por encima del nivel del fondo del Atlántico”.



“Eres tan inteligente” dijo Hagbard pellizcándole una nalga, provocando la retracción de George.



“No le prestes atención, George” dijo Mavis. “Está nervioso, y eso lo hace comportarse como un tonto”.



“Cállate” dijo Hagbard.



Comenzando a sentirse igualmente nervioso, y preguntándose si la noble mente de Hagbard Celine habría cedido bajo el peso de la responsabilidad, George dirigió su mirada hacia el océano vacío del exterior. Esta vez vio que no estaba tan vacío. Observó varios peces de distintos tamaños, algunos de ellos de aspecto grotesco. Todos carecían de ojos. Un monstruo octópodo de tentáculos largos y delgados pasó al lado del submarino persiguiendo a su presa. La punta de dichas extremidades estaba cubierta por una capa de vellos finos. Un pez pequeño, también ciego, pasó demasiado cerca de uno de los tentáculos, provocando una corriente que perturbó las vellosidades. Instantáneamente, el cuerpo del pulpo se movió en esa dirección, envolviendo al desventurado pez con el tentáculo perturbado, utilizando el resto para reforzar su captura. El pulpo devoró al pez en tres mordidas. George se alegró de ver que al menos la sangre de aquellas criaturas era roja.



La puerta detrás de ellos se abrió y Harry Coin ingresó al puente. “Buen día a todo el mundo. Me preguntaba si la Srta. Mao se hallaba aquí”.



“En este momento está trabajando en Navegación,” dijo Hagbard, “pero quédate aquí y échale un vistazo al Mar de Valusia, Harry”.



Harry miró alrededor, lenta y pensativamente, y luego sacudió la cabeza “¿Saben? a veces comienzo a pensar que ustedes inventan todo esto”.



“¿A que te refieres, Harry?” preguntó Mavis.



“Ya sabes,” Harry hizo una seña con su largo brazo, “esto, como en una película de ciencia-ficción. Tal vez nos tienen en un hotel abandonado o algo así, tienen un motor enorme en el sótano que hace que todo el lugar se sacuda, y tienen cámaras de cine, que en vez de estar apuntando hacia fuera, apuntan a la pantalla, ¿Entienden lo que digo?”.



“Una retroproyección” dijo Hagbard. “Pero, dime, Harry, ¿Cuál sería la diferencia si esto no fuese real?”.



Harry pensó un momento, y su cara sin mentón se agrió. “No tendríamos que hacer lo que pensamos que tenemos que hacer. Pero incluso si no tenemos que hacer lo que pensamos que deberíamos hacer, no habría diferencia si lo hacemos de todos modos. Lo que significa que debemos seguir adelante”.



Mavis suspiró “seguir adelante”.



“Seguir adelante” dijo Hagbard. “Un mantra poderoso”.



“Pero si no seguimos adelante,” dijo George, “tampoco importa. Lo que significa que igual seguimos adelante”.



“Otro mantra poderoso” expresó Hagbard. “Igual seguimos adelante”.



George notó una manchita a la distancia. A medida que se acercaba, la reconoció. Sacudió la cabeza ¿No había fin para el surrealismo al que había estado sometido durante los últimos seis días? ¡Un delfín con equipo de buceo!



“Hola amigos humanos” dijo la voz de Howard a través del altoparlante del puente. George le echó un vistazo a Harry Coin. El ex asesino estaba con la boca abierta de estupefacción.



“Saludos, Howard” dijo Hagbard. “¿Cómo andan los nazis?”.



“Muertos, dormidos o lo que sea que estén. He puesto a toda una horda delfín - la mayoría de los Adeptos Atlantes - a vigilarlos”.



“Y listos para realizar otras tareas cuando sea necesario, espero” dijo Hagbard.



“Por supuesto” respondió Howard haciendo una cabriola.



“Ah, bueno” dijo Harry Coin suavemente. “Ah, bueno” exclamó con más firmeza. “Es un pez que habla, pero, ¿Para qué carajo lleva un tanque de oxígeno y respira por una máscara?”.



“Veo que tenemos a un nuevo amigo en el puente” dijo Howard. “La máscara me la dio el representante de Hagbard en tierra firme en Fernando Poo. Después de todo los delfines respiramos aire. Casi no hay superficie en este mar subterráneo. Las cavernas que lo contienen están llenas de agua casi hasta arriba del todo. La única forma de salir a respirar es nadando hasta la superficie del lago Totenkopf”.



“El monstruo del Lago Totenkopf” dijo Hagbard con una carcajada. “Atracaremos el submarino en el lago Totenkopf hoy” agregó. “Howard, me gustaría que tú y los tuyos se queden hasta mañana a la noche. Prepárense para hacer un arduo trabajo físico mañana. Mientras tanto, quítense del camino de los nazis - la protección que los ampara está particularmente dirigida contra los animales acuáticos, ya que presumen que son el peligro más grande para ellos -. Tenemos equipamiento de oxígeno para aquellos de los tuyos que lo necesiten. Diles que intenten evitar subir a la superficie a menos que sea absolutamente necesario. No queremos llamar la atención”.



“Los saludo en nombre de la horda delfín” dijo Howard. “Hasta luego”. Se alejó nadando.



Poco tiempo después, vieron a la distancia a un reptil enorme con cuatro aletas y un cuello del doble del largo de su cuerpo. Estaba persiguiendo a un cardumen de peces ciegos.



“El monstruo del Lago Ness” dijo Hagbard, y George recordó su broma sobre Howard emergiendo en el lago Totenkopf. “Uno de los experimentos genéticos de Gruad con los reptiles. Era aficionado a ellos. Llenó el Mar de Valusia con estas cosas similares a los plesiosauros. Son ciegos, por supuesto, eso los ayuda a navegar en la oscuridad. Piensen en eso - bajo ciertas circunstancias, los ojos nos condicionan. Gruad pensó que estos monstruos serían otra forma de protección para Agharti. Pero el Lief Erikson es demasiado grande para Nessie, y ella lo sabe”.



Al fin pudieron divisar una columna de luz amarillenta adelante. Aquella era la luz que entraba al Mar de Valusia desde el Lago Totenkopf. Hagbard explicó que el basamento rocoso del lago había sido inestable y había colapsado. El agujero resultante, al estar al nivel del mar, se llenó de agua. Los escombros del basamento del lago habían formado una montaña debajo del lugar donde habían colapsado.



“Los jesuitas siempre supieron que el Lago Totenkopf estaba conectado con el Mar de Valusia, y que por lo tanto hacía posible la conexión con Agharti” dijo Hagbard. “Es por eso que cuando encomendaron a Weishaupt la misión de fundar una rama abierta de los Illuminati lo enviaron a Ingolstadt, que está a la vera del lago Totenkopf. Y esa es la montaña sumergida”.



Se erguía ante ellos, oscura y amenazante. Mientras el submarino la sobre navegaba, George vio una nube de delfines que la custodiaba. La montaña estaba truncada de manera demasiado precisa para ser natural; formaba una meseta de unos tres kilómetros de largo por un kilómetro y medio de ancho. Sobre esa planicie gris, había lo que parecían ser cuadrados negros. Cuando el submarino se acercó, George pudo ver que se trataban de enormes formaciones de hombres. En un momento estuvieron flotando sobre el ejército como un helicóptero sobrevolando un desfile de tropas. George pudo ver claramente los uniformes negros, y los tanques verdes con cruces pintadas a los lados con los morros largos y oscuros de sus cañones apuntando hacia arriba. Estaban allí, silentes e inmóviles a miles de metros debajo de la superficie del lago.



“¿Esas son las armas que los Illuminati planean utilizar para hacer inmanente el Eskatón?” preguntó George. “¿Por qué no los destruimos ahora?”.



“Porque están bajo la protección de un escudo biomístico que nos lo impide” dijo Hagbard. “Igualmente quería que los vieras. Cuando las vibraciones eléctricas, astrales y orgónicas de los Asociación Médica Americana, amplificadas por el conjunto sinérgico del sonido, la imagen, y la energía emocional de todos esos jóvenes respondiendo al ritmo, devuelvan a esa legión nazi a la vida, la aprovecharemos también para llamar nada menos que a la Diosa Eris en persona al campo de batalla para salvar el día”.



“Hagbard,” protestó George disgustado, “¿Me estás diciendo que Eris es real? ¿Realmente real y no solamente una alegoría o un símbolo? No voy a creer eso, al igual que no creo que Jehová u Osiris sean reales”.



Pero Hagbard respondió solemnemente “cuando te enfrentas a estas fuerzas o poderes de forma filosófica o científica, contemplándolos desde un diván, ese acercamiento racional es útil. De esa forma es beneficioso considerar a los dioses, diosas y demonios como proyecciones de la mente humana o como aspectos inconcientes de nosotros mismos. Pero cada verdad es verdad en su lugar y en su momento, y esa es la verdad, como he dicho, para el diván. Cuando te enfrentas realmente a estas figuras, el único enfoque seguro, pragmático y operacional es tratarlos como si tuvieran vida, voluntad, y propósitos propios enteramente diferentes a los de los humanos que los han invocado. Si el Aprendiz de Brujo hubiera comprendido eso, no habría tenido tantos problemas”.



ELLA VESTIRÁ UN CAMISÓN ROJO

ELLA VESTIRÁ UN CAMISÓN ROJO

ELLA VESTIRÁ UN CAMISÓN ROJO CUANDO VENGA



Acercándose a las inmediaciones de la multitud, Fission Chips vio un grupo de músicos obviamente ingleses - por el estilo de sus ropas y peinados -. Vio su nombre en el bombo, eran los Tedio Calculado, y el guitarrista tenía una cantimplora colgando de la cintura. Eso le recordó a 00005 lo sediento que estaba, y preguntó “disculpa ¿Sabes adonde podría conseguir algo de agua o algún trago suave?”.



“Bebe de la mía” dijo afablemente el guitarrista pasándole la cantimplora. Señaló al este. “¿Ves ese domo geodésico allí? Es un establecimiento gigantesco de Kool Aid instalado por los Kabousters, que garantizó su ayuda incluso si la muchedumbre dobla su número antes de que todo esto termine. Allí llené la cantimplora, así que es agua fresca. Puedes obtener más allí, cada vez que lo necesites”.



“Gracias” dijo 00005 cálidamente, empinando un trago largo, refrescante y agradable.



Tenía muy poco aguante para el LSD. El mundo comenzó a parecer más brillante, extraño y colorido luego de unos pocos minutos.



(La bromista, en realidad, había sido Rhoda Chief, la vocalista de los Cabezas de la Isla de Pascua, madre soltera que había provocado gran admiración en la generación más joven - y gran horror en la mayor - cuando le puso el nombre Jesús Jehová Lucifer Satán Chief a su bebé. Anteriormente cientóloga y actualmente transitando el camino de la Wicca, la pechugona Rhoda era famosa en el mundo del espectáculo porque “chupaba la verga como ninguna otra mujer viva”, reputación que a menudo provocaba que algún satanista del Comité ‘Linda Lovelace para Presidente’ enviara vibraciones mortíferas en su dirección, las cuales rebotaban debido a su escudo protector Wicca. Posiblemente era la mejor cantante de su generación, y creía firmemente que la mayor parte de los problemas humanos podían ser resueltos si todo el mundo tomaba ácido. Había estado preparándose para el festival de Ingolstadt con varios meses de antelación, comprando solamente las tabletas de mejor calidad a los dealers más confiables, y se había colado en el establecimiento de Kool Aid hacía solo unos minutos, arrojando suficiente dietilamida de ácido lisérgico como para volar las mentes de toda la población de un país pequeño. En verdad, la idea había sido plantada sutilmente en su conciencia por la líder de su wicca, una mujer extraordinariamente hermosa de llameante cabello rojo y ardientes ojos verdes que una vez había interpretado el papel principal en una Misa Negra celebrada por el Padre Pederastia en el 2323 de Lake Shore Drive. Esta mujer se llamaba a sí misma Lady Velkor, y frecuentemente bromeaba sobre sus recuerdos de la Baviera del siglo XVIII, los cuales Rhoda consideraba como referencias a la reencarnación).



El 10 de Abril, mientras Howard realizaba su descubrimiento en las ruinas de la Atlántida y Tlaloc sonreía en México DF, Tobias Kight, en su cuarto del Hotel Pan Kreston de Santa Isabel, concluía la transmisión al submarino estadounidense en la Bahía de Biafra. “Los rusos y los chinos han completado su retirada, y el Generalísimo Puta está definitivamente de nuestro lado, además de ser popular tanto entre los Bubi como entre los Fang. Mi trabajo ha concluido, y espero órdenes para volver a Washington”. “Comprendido, cambio y fuera”.



(Frank Sullivan, capitalizando su única dote verdadera, estaba trabajando en la Habana como el Superman Cubano usado el nombre Papá Piaba cuando la Hermandad notó su parecido con John Dillinger. “Dios”, dijo cuando le hicieron la oferta, “¿Cinco mil dólares solamente por llevar al cine a dos mujeres una sola noche? ¿Y dicen que solo se trata de una broma?”. “Va a ser una broma muy divertida” le prometió Jaicapo Mocenigo. Y el Smithsoniano adquirió la dote de del Sr. Sullivan como una de sus más preciadas reliquias)



MATAREMOS AL VIEJO GALLO ROJO



(Hagbard iba acompañado por Joe en su regreso al camarote. “Vas hasta la cervecería de Munich” iba diciendo, “y robas todo lo que aparente ser lo suficientemente viejo como para haber estado allí aquella noche en que intentó el Putsch. Luego vuelves a unirte a nosotros en Ingolstadt ¿Comprendido?”).



MATAREMOS AL VIEJO GALLO ROJO



Lady Velkor, vistiendo una blusa campirana y unos hotpants verdes, echó un vistazo alrededor del domo geodésico de Kool Aid. Un hombre con polera y pantalón verde llamó su atención, y se dirigió a él preguntándole “¿Eres una tortuga?”.



“Puedes apostar tu dulce culo a que si” le respondió lascivamente: no era su contacto, y además debía darle una bebida gratis a ese patán. Pero sonrió amablemente y escondió su enojo.



MATAREMOS AL VIEJO GALLO ROJO CUANDO ELLA VENGA



Robinson y Lehrman ya habían comenzado la última fase de la operación. Yo había ido a New York para consultar a Hassan i Sabbah X sobre una nueva fase de la operación del opio laosiano (yo recién llegaba de Chicago, después de haber mantenido aquella conversación con Waterhouse y la Srta. Servix), y decidí revisar junto a ellos esos pequeños detalles que no pueden figurar en un informe oficial. Nos encontramos en Washington Square y hallamos una banca bastante alejada de los fanáticos del ajedrez para tener cierta privacidad.



“Muldoon nos descubrió” me dijo Robinson de golpe. Estaba barbudo; imaginé que eso significaba que actualmente estaba en un grupo clandestino Weather, ya que era demasiado viejo como para hacerse pasar por menor de veintiuno e ingresar a un grupo Morituri.



“¿Estás seguro?” pregunté.



La respuesta fue la habitual: “¿Quién puede estar seguro de algo en este negocio? Pero Barney es un policía de pura cepa,” agregó, “y su instinto es como el de un sabueso. De cualquier manera, todos en la fuerza saben que los hemos infiltrado. Incluso bromean con ello ‘¿Quién es agente de la CIA en tu departamento?’ - y ese tipo de cosas”.



“Si, Muldoon ya lo sabe,” acordó Lehrman, “pero no es él quien me preocupa”.



“¿Quién te preocupa?” jugué nerviosamente con mis bigotes de morsa; ser el primer agente quíntuple de la historia del espionaje estaba comenzando a demolerme. En realidad no estaba seguro de cual de mis jefes debía oír aquello, a pesar de que debía reportarlo a la CIA, ya que hasta donde yo sabía, Robinson y Lehrman iban a reportarlo por separado para poner a prueba mi integridad.



“El Jefe de Homicidios de la Seccional Norte” dijo Lehrman. “Un viejo llamado Goodman. Es tan astuto que a veces me pregunto si no es un agente del Ojo. Su mente se adelanta a los sucesos al igual que la de un Adeptus Exemptus de la Orden”.



Observé la estatua de Garibaldi recordando el viejo mito neoyorquino de que terminaría de sacar su espada de la funda cuando una virgen caminara por el Washington Park. “Cuéntame más sobre el tal Goodman”.



(“Mira el par de tetas que tiene esa chica” dijo un Superhombre entusiasmado)



(“Melones” añadió un segundo Superhombre entusiasta. “Y ya sabes cómo nos gustan los melones a los negros” agregó relamiéndose)



(“¡Muéstralos!” exclamó el primero)



(“¡Muéstralos!” convino el segundo)



(Aplaudieron, y Clark Kent salió de su ensueño. Había probado la Kool Aid un rato antes, y estaba comenzando a flotar un poco a pesar de que todavía no era consciente de qué era lo que le estaba pasando - sentía una pujanza bastante inusual de la memoria de sus días como antropólogo, y estaba profundamente preocupado por una nueva visión de la relación entre la Virgen Negra de Guadalupe y la diosa griega Perséfone, y sus propias inclinaciones sexuales - cuando salió de sus cavilaciones y se encontró mirando a la mujer cuyos pechos habían inspirado tamaña reverencia).



(“Hija de puta” dijo devotamente mientras su boca se ampliaba en una sonrisa)



Rebecca Goodman salió de la casa a las 3 PM, tomando un carrito de compras al pasar por el garaje. El supermercado más cercano estaba a unos buenos diez minutos a pie, y era lo suficientemente grande como para mantenerla entretenida durante media hora buscando lo que necesitaba y haciendo la cola en la caja. Salí del auto y me dirigí directamente a la parte de atrás de la casa, protegido contra los ojos de los vecinos con mi overol de la empresa telefónica Bell.



La puerta de la cocina tenía una cerradura fácil de abrir y no necesité mis llaves. Una tarjeta de crédito hizo el trabajo, y entré.



Mi primera intención fue ir hacia el dormitorio - el viejo de Viena tenía razón: allí es donde encuentras las verdaderas pistas sobre el carácter de un hombre - pero una silla de la cocina me detuvo. Las vibraciones eran tan fuertes que cerré los ojos y la psicometré de acuerdo al complicado Tercer Aklo de la A:.A:. Eran de Rebecca: había estado sentada allí pensando en inyectarse heroína. Se desvaneció rápidamente, antes de que pudiera leer qué era lo que le había impedido hacerlo.



El dormitorio casi me noquea. “¿Quién hubiera pensado que el viejo tuviera la sangre tan caliente?” parafraseé, retrocediendo. Leer mucho allí hubiera sido una profanación, y el sondeo que hice fue suficiente. Como diría la Srta. Mao, este hombre era un Tao-Yin (Beta prima en la terminología de los I). No me sorprende que Robinson siguiera hablando sobre su “intuición”.



Me detuve frente a una estatua de la Sirena de Copenhagen en el living. La leí y me reí entre dientes: Dios, las obsesiones que todos tenemos.



Una de las paredes alojaba una biblioteca, pero Rebecca parecía ser la lectora de la familia. Comencé a sondearla tentativamente y encontré las vibraciones de Saúl en el estante de historias detectivescas, junto a una antología de problemas matemáticos y lógicos de la Scientific American. El sujeto no tiene idea de sus propios poderes latentes, y piensa solamente en términos de resolver acertijos. Un Sherlock Holmes sin violín ni droga que lo alivie de su actividad cerebral. Aunque, claro, estaba aquel dormitorio caliente escaleras arriba.



Había algo más; una libreta de notas sobre una mesa ratona. De Saúl, de acuerdo a su aura.



Hojeé rápidamente las páginas: dibujos detallados, precisos y perfectamente naturalistas. Mayormente rostros: criminales con los que había tratado profesionalmente, todos tocados por la percepción y la compasión que dejaba fuera durante sus horas de trabajo. Árboles del Central Park; desnudos de Rebecca con adoración contenida en cada línea del lápiz. La cara sorprendente de un niño negro, con unos edificios de Harlem como paisaje - otro toque de compasión inesperada -. Entonces, un cambio: el primer abstracto. Era una estrella de David, básicamente, pero él había comenzado a agregarle ondas energéticas que salían de ella y el triángulo descendente estaba sombreado - en alguna parte del fondo de su cabeza, había estado trabajando con el simbolismo y se había acercado asombrosamente a la verdad. Más caras del tipo obviamente criminal. Una escena en Catskills, con Rebecca leyendo un libro debajo de un árbol - algo andaba mal, había miedo y duda en el sombreado. Cerré los ojos y me concentré: apareció la imagen de otra mujer… abrí los ojos, sudando. Era su primera esposa, que había muerto de cáncer. Él temía perder a Rebecca también, pero ella era joven y saludable. Otro hombre. Pensaba que ella lo abandonaría por un hombre más joven. Pasé un par de páginas más y vi un unicornio, algo más del trabajo del inconsciente, como el de aquella estrella de David erótica.



Luego hice un sondeo rápido de los libros de Rebecca. Gran parte eran de antropología, mayormente africana. Saqué uno de la repisa y lo sostuve.



Eros nuevamente, a penas sublimado. La otra parte de la clave. Como me había dicho Hassan i Sabbah X una vez “¿Habrá alguna mujer blanca que no suspire por tener a un negro en su cama?”.



Retorné todo a su lugar cuidadosamente y fui hacia la puerta trasera. Me detuve en la cocina para leer nuevamente la silla, ya que la recaída es una parte importante del síndrome de adicción a la heroína, al igual que en la enfermedad de los pulmones negros. Esta vez descubrí qué era lo que la había disuadido. Si digo que fue amor, sonaría sentimental, si digo que fue sexo, sonaría cínico. Diré que fueron los lazos de pareja, así sonaré científico.



Al volver al auto corroboré el tiempo: diecisiete minutos. Hubiera llevado horas desenterrar tantos datos a través de los métodos ordinarios de detección, y hubieran sido datos diferentes, menos significantes. El entrenamiento de la A:.A:. realmente facilitaba mis otros trabajos.



Quedaba solucionar un solo problema: no quería matar a nadie a esa altura, pero un atentado con explosivos solamente atraería a Muldoon. Y la desaparición de Malik solamente atraería a los de Personas Desaparecidas.



Luego recordé los maniquíes que utilizaba el sastre del piso decimoctavo, justo encima de la oficina de Confrontación. Quemar un maniquí antes de colocar la bomba podría funcionar… conduje de vuelta a Manhattan silbando “Ho, ho, ho, ¿Quién ríe último?”.



(La bomba explotó a las 2:30 AM una semana después. Simon, abandonando el aeropuerto O’Hare donde eran la 1:30 AM, decidió que todavía había tiempo para ir hasta el Friendly Stranger para encontrarse con aquella hermosa policía que se había infiltrado muy astutamente en la Horda Anarquista Sin Nombre. Podría llevarla a la cama fácilmente, ya que las mujeres espías siempre esperaban que los tipos cayeran en  estado de somnolencia para sonsacarles sus secretos con la guardia baja; le enseñaría un poco de yoga sexual, concluyó, para ver qué secretos dejaba escapar ella. Pero recordaba la conferencia de medianoche en el edificio de la ONU luego de que la bomba fuera colocada y las palabras oscuras de Malik: “Si tenemos razón con respecto a este asunto, podríamos estar todos muertos antes de la apertura del Woodstock de Europa la semana próxima”).



“¿Eres una tortuga?” volvió a preguntar Lady Velkor acercándose a otro hombre de verde. “No,” dijo él, “no tengo armadura”. Ella sonrió mientras murmuraba “bendito seas”, y él le respondió “bendita seas”… Doris Horus escuchó que una voz detrás de ella decía “¿Cómo anda la Mesalina de Miskatonic?” y su corazón dio un vuelco, no podía creerlo, pero cuando se dio vuelta era él, Stack… “Jesús,” le dijo un Superhombre a otro, “¿Realmente conoce a todas las chicas blancas más lindas del mundo?”… los Senado y Pueblo de Roma todavía estaban peleando con Atila y sus Hunos, pero Hermie “Rey de la Velocidad” Trimegistos, baterista de los Agujeros de la Credibilidad, los observaba plácidamente a solo unos metros de distancia, viéndolos como un ballet muy complicado, casi matemático; le preocupaba determinar si estaban representando la lucha eterna entre Set y Osiris, o a una conjunción de átomos dando forma a una molécula. Sabía que estaba de ácido, pero que más da, debía haber estado en la Kool Aid, otra de la ‘bromas alegres’ de Tyl Eulenspiegel…



El submarino ascendió desde la meseta, ingresando en las aguas del lago Totenkopf. Luego de atracarlo firmemente, sumergido bajo la costa opuesta a Ingolstadt, Hagbard y unos treinta miembros de su tripulación abordaron unas lanchas submarinas que los transportaron hasta la superficie. Había una línea de autos aparcados junto a una ruta al costado del lago, entre los cuales sobresalía un magnífico Bugatti Royale. Hagbard acompañó solemnemente a George, Stella y Harry Coin a ingresar al enorme automóvil. George se sorprendió al ver que el chofer era un hombre con el rostro enteramente cubierto de pelaje gris.



El viaje rodeando el lago hasta Ingolstadt fue largo. La ciudad era como George la imaginaba: torretas, agujas, y torres góticas mezcladas con edificios modernos de aspecto marciano, aunque la mayor parte de las construcciones parecían datar de la época del Príncipe Enrique.



“Este lugar está repleto de edificaciones hermosas” dijo Hagbard. “La gran catedral gótica en el centro del pueblo se llama Liebfrauenminister. Hay otra iglesia rococó llamada María Victoria - siempre quise estar de ácido para ir a observar sus molduras, son muy intrincadas”.



“¿Ya habías estado antes aquí, Hagbard?” preguntó Harry.



“En misiones de reconocimiento. Conozco los mejores lugares donde ir. Esta noche, ustedes serán mis invitados en el Schlosskeller del Castillo de Ingolstadt”.



“Seremos tus invitados, seguramente” dijo George. “Ninguno de nosotros tiene dinero”.



“Si tienes lino,” dijo Hagbard, “puedes pagar con él en el Schlosskeller”.



Primero fueron al Hotel Danau, según Hagbard, el más moderno y confortable de Ingolstadt, y donde había reservado casi todas las habitaciones disponibles para su grupo. Con todos los hoteles de Ingolstadt desbordados por la afluencia, la reserva había costado una enorme suma pagada por adelantado. Los empleados del hotel se sorprendieron cuando vieron la fila de autos con el espléndido Bugatti de Hagbard a la vanguardia. Incluso a pesar de que el pueblo estaba atestado de celebridades, abarrotado de músicos de rock acaudalados y de fans de la música de todas partes del mundo, una máquina como la de Hagbard inspiraba respeto.



George, siguiendo a Hagbard por el lobby, se encontró repentinamente cara a cara con dos ancianos alemanes achacosos. Uno de ellos, de largo bigote blanco y con un mechón de cabello cano cayéndole sobre la frente, dijo en un inglés de acento fuerte “sal de mi camino, judío comunista homosexual degenerado”. El otro viejo hizo una mueca y dijo algo apaciguante en voz baja a su colega. El primer hombre hizo un gesto de desaire con la mano y se dirigió hacia los ascensores junto al otro. Varios viejos más se reunieron con ellos mientras George los observaba, demasiado pasmado para estar enojado. Aquí, pensó, en la patria de ese tipo de mentalidad, el odio del viejo parecía ser un tipo de curiosidad histórica más que otra cosa. Sin dudas ese tipo de gente había visto a Hitler en persona.



Hagbard retiró un gran manojo de llaves de la recepción. “Para que sea más simple, he decidido que vaya un hombre y una mujer por cuarto. Elijan a sus compañeros, y hagan los intercambios que deseen. En sus cuartos encontrarán ropas campestres bávaras. Por favor, pónganselas”.



Stella y George subieron las escaleras juntos. George abrió la puerta y recorrió el enorme cuarto con la mirada. Había dos camas matrimoniales. Sobre una de ellas había unas calzas, una camisa de seda y medias largas para hombre, en tanto que en la otra había una pollera campesina, una blusa y un chaleco para la mujer.



“Disfraces” dijo Stella. “Hagbard está realmente loco”. Cerró la puerta y abrió el cierre de su ajustado traje dorado de una pieza. No llevaba nada debajo. Sonrió mientras George la observaba con admiración.



Cuando el grupo se reunió en el lobby, solamente Stella se veía bien con su disfraz. De los hombres, Hagbard era el que lucía más natural y feliz con calzas - lo cual, por supuesto, era la razón de la idea de vestir de ese modo. El largo y flaco Harry se veía ridículo e incómodo, pero con su sonrisa protuberante mostraba que intentaba tomárselo con buen humor.



George miró alrededor. “¿Dónde está Mavis?” le preguntó a Hagbard.



“No vino con nosotros. Está en el submarino, ocupándose del almacén”. Hagbard elevó un brazo imperiosamente. “¡Al Schlosskeller!”.



El castillo de Ingolstadt, una fortaleza medieval construida sobre una colina, poseía un magnífico restaurante en donde anteriormente habían estado los calabozos, o la bodega, o ambos. Hagbard había reservado todo el sótano para la ocasión.



“Bien” dijo, “restauraremos nuestras fuerzas, nos divertiremos, y nos prepararemos para mañana”. Parecía estar agitado, incluso mareado. Tomó su lugar al centro de una gran mesa en una silla negra y tallada que parecía el trono de un obispo. En la pared a sus espaldas había una pintura famosa. Retrataba al emperador romano Enrique IV descalzo en la nieve en Canossa, pero con un pie en el cuello del Papa Gregorio el Grande, quien yacía boca abajo, sin la tiara, y con cara enterrada ignominiosamente en la nieve.



“La historia dice que esto fue encargado por el notorio bufón bávaro Tyl Eulenspiegel cuando estaba en el esplendor de su fortuna” dijo Hagbard. “Luego, ya viejo y pobre, fue colgado por sus actitudes anárquicas y por su escaso sentido del humor bávaro. Así fue”.



ELLA VESTIRÁ UN CAMISÓN ROJO



(“¡Ahí está!” Markoff Chaney susurró tensamente. Saúl y Barney se inclinaron hacia delante avizorando la figura ante ellos. Aproximadamente un metro setenta y cuatro, estimó Saúl, y Carmel medía un metro cincuenta y ocho, de acuerdo al identikit que habían tomado del cuartel de policía de Las Vegas… pero, ¿Quién más estaría aquí abajo, tan lejos de las rutas de los tours guiados?... Saúl llevó la mano hacia su pistola, pero la otra figura giró hacia ellos apuntándoles con un arma y gritando “¡Alto ahí, todos ustedes!”).



ELLA VESTIRÁ UN CAMISÓN ROJO



“Oh, Cristo” dijo Saúl disgustado. “Salve Eris, amigo - somos del mismo bando”. Levantó las manos vacías. “Soy Saúl Goodman y él es Barney Muldoon, ambos ex policías de New York. Él es nuestro amigo Markoff Chaney, hombre de gran imaginación y verdadero sirviente de la Diosa. O salve Discordia, Veintitrés Skidoo, Kallisti, ¿Necesita más contraseñas, Sr. Sullivan?”.



“Dios,” dijo Markoff Chaney. “¿En serio dicen que él es John Dillinger?”.




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